Minimalista. Elegante. Luminoso y aireado. Todas las señas de identidad del estilo moderno.
¿No eres fan? El estilo victoriano es el antídoto perfecto, la antítesis completa de la decoración moderna.
Para todos los que sois antimodernos en la decoración y os gustan los espacios románticos, acogedores y recargados, este post es para vosotros. Aprenderás los entresijos de la decoración victoriana para conseguir que tu casa vuelva a ser de otra época, una en la que te sientas realmente cómodo. (Y si estás dudando entre estilos, ¡también te ayudaremos con eso!)
La decoración de la época victoriana era el polo opuesto a los estilos modernos de hoy en día. Era una época de muebles pesados y ornamentados, todo de gran tamaño y una afición por las chucherías. El estilo resultante es romántico, complejo, cálido y dramático, repleto de opulencia y excesos; básicamente, lo suficiente como para hacer temblar a cualquier minimalista.
Colores
Aquí no hay habitaciones luminosas y aireadas. El estilo victoriano se caracteriza por sus ricos y oscuros tonos joya: rojos profundos, azules, verdes, púrpuras, dorados, incluso el negro. También se utiliza mucho la madera, con paneles oscuros y suelos de madera y detalles en caoba y nogal.