En algunos, la cafeína puede producir sentimientos de ansiedad e incluso ser un catalizador de un ataque de pánico en toda regla.

Sin embargo, esto ocurre principalmente sólo en las personas que tienen una ligera variación genética en sus receptores de adenosina que no sólo son responsables de los efectos despertadores de la cafeína, sino que también regulan la sensación de ansiedad de una persona.

La ciencia detrás de la cafeína y los trastornos de ansiedad

Un estudio bien realizado, publicado en 2003, que fue un proyecto conjunto en parte por el Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Chicago y el Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Munster, Alemania1 encontró que las diferencias genéticas en los receptores de adenosina de las personas eran probablemente responsables de la ansiedad inducida por la cafeína.

El equipo analizó 3 genotipos diferentes relacionados con los genes de los receptores de adenosina para ver si alguno de ellos indicaba si una persona tenía o no un aumento de la ansiedad cuando consumía cafeína.

Descubrieron que las personas con una diferencia en el gen del receptor A2a parecen estar especialmente en riesgo de experimentar un aumento de la ansiedad cuando consumen café, té, bebidas energéticas u otros productos que contienen cafeína.

Se cree que tanto los receptores de adenosina A1 como A2a en el cerebro de una persona también regulan la forma en que una persona lidia con el estrés y la ansiedad. Dado que la cafeína se une a estos receptores, se cree que interfiere en la regulación de la ansiedad.

Por lo tanto, aquellos que tienen la diferencia genética A2a podrían experimentar un aumento de la ansiedad al consumir cafeína. Las personas que ya se encuentran en un estado de ansiedad podrían ser propensas a sufrir ataques de pánico en toda regla si consumen cafeína durante este periodo.

En el estudio al que se hace referencia anteriormente, se administró a los participantes tan sólo 150 mg de cafeína, lo que fue suficiente para provocar ansiedad en aquellos con la variación genética. Esto es menos de la mitad de la cantidad de cafeína que se encuentra en un café grande de Starbucks.

El estudio no tuvo en cuenta otros factores como la tolerancia a la cafeína, ya que todos los participantes eran consumidores no habituales de cafeína.

Sin embargo, otro estudio publicado en The American Medical Journal2 analizó a personas que ya estaban diagnosticadas según los criterios del DSM-III de agorafobia con ataques de pánico o trastorno de pánico y a aquellas con niveles normales de ansiedad.

Evaluaron las respuestas de cada grupo a la cafeína. Encontraron que dentro del grupo diagnosticado, el 71% informó de sentimientos asociados a ataques de pánico después de consumir la cafeína.

Recomendaciones

Dado que la mayoría de las personas, sin pruebas genéticas, no tendrían ni idea de si tienen o no la mutación del receptor A2a, la mayoría de las personas tendrán que evaluar la seguridad de consumir cafeína basándose en su historial actual de ansiedad e inclinación a los ataques de pánico.

Las personas que experimentan ansiedad y que no son consumidores habituales de cafeína deberían abstenerse por completo de consumirla. Deben ser conscientes de qué productos contienen cafeína y evitarlos.

Los que son consumidores diarios de cafeína y que también sufren de ansiedad deben tratar de mantener su consumo diario de cafeína bastante constante. Consumir más cafeína que su cantidad habitual podría aumentar los niveles de ansiedad. Este grupo también debería ser consciente de la cantidad de cafeína que contienen sus bebidas favoritas y hacer un seguimiento de su consumo diario.

El grupo mencionado también debería considerar la posibilidad de reducir la cafeína o dejarla para controlar mejor su ansiedad y el riesgo de ataques de pánico. Incluso los consumidores habituales de cafeína podrían tener un mayor riesgo de sufrir ataques de pánico si surgen situaciones de la vida que provocan un aumento del estrés y la ansiedad. El consumo de cafeína podría «llevarlos al límite».

El ejercicio podría ayudar a reducir la ansiedad inducida por la cafeína

Una investigación adicional del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de California en San Diego3 descubrió que el ejercicio regular parece disminuir el grado en que la cafeína aumenta los niveles de ansiedad en las personas propensas a padecerla.

En este estudio, los investigadores expusieron a un grupo de hombres propensos a la ansiedad tanto a 60 minutos de ciclismo como a 60 minutos de descanso tranquilo tras la administración de 800 mg de cafeína y luego evaluaron su nivel de ansiedad después de cada prueba.

Encontraron que el descanso no tuvo ningún efecto en la disminución del nivel de ansiedad reportado, pero el ejercicio sí redujo significativamente el nivel de ansiedad reportado por los participantes.