El Archiduque Francisco Fernando de Austria y su esposa Sofía son asesinados a tiros por un nacionalista serbio de Bosnia durante una visita oficial a la capital bosnia de Sarajevo el 28 de junio, 1914. Los asesinatos desencadenaron una cadena de acontecimientos que condujeron al estallido de la Primera Guerra Mundial a principios de agosto. El 28 de junio de 1919, cinco años después de la muerte de Francisco Fernando, Alemania y las potencias aliadas firmaron el Tratado de Versalles, marcando oficialmente el fin de la Primera Guerra Mundial.
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El archiduque viajó a Sarajevo en junio de 1914 para inspeccionar las fuerzas armadas imperiales en Bosnia y Herzegovina, anexionada por Austria-Hungría en 1908. La anexión había enfurecido a los nacionalistas serbios, que creían que los territorios debían formar parte de Serbia. Un grupo de jóvenes nacionalistas urdió un complot para matar al archiduque durante su visita a Sarajevo, y tras algunos pasos en falso, Gavrilo Princip, de 19 años, logró disparar a la pareja real a quemarropa, mientras viajaban en su procesión oficial, matando a ambos casi al instante.
El asesinato desencadenó una rápida cadena de acontecimientos, ya que Austria-Hungría culpó inmediatamente al gobierno serbio del ataque. Como la grande y poderosa Rusia apoyaba a Serbia, Austria pidió garantías de que Alemania intervendría de su lado contra Rusia y sus aliados, incluyendo Francia y posiblemente Gran Bretaña. El 28 de julio, Austria-Hungría declaró la guerra a Serbia, y la frágil paz entre las grandes potencias europeas se derrumbó, dando comienzo al devastador conflicto que hoy se conoce como la Primera Guerra Mundial.
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Tras más de cuatro años de derramamiento de sangre, la Gran Guerra terminó el 11 de noviembre de 1918, después de que Alemania, la última de las Potencias Centrales, se rindiera ante los Aliados. En la conferencia de paz celebrada en París en 1919, los líderes aliados declararon su deseo de construir un mundo de posguerra a salvo de futuras guerras de tan enorme magnitud. El Tratado de Versalles, firmado el 28 de junio de 1919, fracasó trágicamente en la consecución de este objetivo. Los grandes sueños del presidente estadounidense Woodrow Wilson de crear una organización internacional para el mantenimiento de la paz fracasaron cuando se pusieron en práctica como Sociedad de Naciones. Y lo que es peor, las duras condiciones impuestas a Alemania, la mayor perdedora de la guerra, provocaron un amplio resentimiento contra el tratado y sus autores en ese país, un resentimiento que culminaría con el estallido de la Segunda Guerra Mundial dos décadas después.
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