¿Qué son los ganglios linfáticos inflamados?
Los ganglios linfáticos también se conocen como glándulas linfáticas, o simplemente glándulas, y forman parte del sistema linfático. Son pequeños grupos de células con forma de judía que se encuentran en grupos o cadenas por todo el cuerpo. Los ganglios linfáticos son el componente más importante del sistema inmunitario y en su interior existen linfocitos (células inmunitarias).
Los ganglios están formados por tejido linfático rodeado por una cápsula de tejido conectivo y se encuentran en las axilas, a ambos lados del cuello, en el interior del pecho, el abdomen, la pelvis y en la ingle.
Los ganglios linfáticos filtran el líquido linfático y atrapan las partículas infecciosas y el material extraño, como las células cancerosas o las bacterias, que viajan por el cuerpo en el líquido linfático. Sirven como una de las barreras del cuerpo contra las infecciones y desempeñan un papel importante en la respuesta inmunitaria.
Nódulos linfáticos inflamados en los niños
Cuando a un niño se le inflaman los ganglios linfáticos, especialmente en el cuello, significa que su cuerpo está haciendo su trabajo. Los ganglios linfáticos inflamados comúnmente muestran que su hijo tiene una infección en alguna parte de su cuerpo. Los niños de todas las edades, especialmente en los primeros años, tienden a contraer multitud de infecciones, siendo la más sencilla una infección por un corte o un rasguño.
Cuando los ganglios linfáticos de su hijo están notablemente inflamados en el cuello, muchas veces es un signo de una infección respiratoria superior. A menudo, los ganglios linfáticos del cuello disminuyen de tamaño a medida que las defensas naturales del cuerpo trabajan para controlar y eliminar la infección. Si la infección se agrava, se requiere atención médica. Además, si su hijo muestra síntomas como enrojecimiento, inflamación o pérdida de peso debido a un ganglio linfático, asegúrese de buscar asesoramiento profesional.
Ganglios linfáticos inflamados durante el embarazo
Muchas mujeres reportan ganglios linfáticos inflamados durante el embarazo. Comúnmente a medida que el cuerpo pasa por sus cambios hormonales y físicos, también lo hacen los ganglios linfáticos. A veces, el ganglio linfático de la axila puede inflamarse debido a la producción de leche en los senos. Además, como las infecciones son frecuentes durante el embarazo, incluso los ganglios linfáticos del cuello pueden inflamarse. Esto sólo significa que su cuerpo está luchando contra una infección específica, que generalmente se forma en el sistema respiratorio superior.
Pero quizás una razón más preocupante para este cambio de los ganglios linfáticos podría ser debido a la Toxoplasmosis. La toxoplasmosis es una infección causada por parásitos que se encuentran en la tierra, en la carne no cocinada que contiene el parásito, en la arena de los gatos y en las heces de los gatos. Aunque la contracción de la toxoplasmosis es relativamente rara, puede transmitirse al feto. Las investigaciones han demostrado que, aunque 9 de cada 10 mujeres embarazadas son susceptibles de contraer la toxoplasmosis, menos de una de cada mil la contraerá.
¿Qué causa la inflamación de los ganglios linfáticos?
Cuando una enfermedad se propaga o afecta a los ganglios linfáticos, éstos se agrandan y se inflaman, lo que se denomina linfadenopatía y es un signo común de infección. La inflamación de los ganglios linfáticos puede ser causada por una multitud de condiciones diferentes y la inflamación de estas glándulas es a menudo uno de los primeros signos de que algo está mal.
Las causas de la inflamación de los ganglios linfáticos incluyen
- Infecciones por hongos (por ejemplo. Infecciones por hongos)
- Ciclo menstrual
- Cáncer de mama, pulmón, estómago, garganta y melanoma
- Alcoholismo y abuso de alcohol
- Estrés & Ansiedad
- Síndrome de Fatiga Crónica (SFC)
- Infecciones virales (e.ej. Gripe, paperas, fiebre glandular)
- Mordeduras de insectos
- Caries dentales
- Infecciones bacterianas (ej. Amigdalitis, cortes infectados, y abscesos)
- Infecciones parasitarias
- Bulimia
- Enfermedad de Gaucher
- Enfermedad de Hodgkin
- VIH
- Hipertiroidismo
- Linfomas no deLinfomas de Hodgkins
- Sarcoidosis
- Síndrome de Siogren
- Garganta estreptocócica
- Tiroiditis
El agrandamiento de las glándulas puede ser rápido o gradual. La inflamación rápida es habitual en las infecciones víricas o bacterianas y puede ir acompañada de dolor. Otras enfermedades como el cáncer suelen provocar un crecimiento lento y gradual, que suele ser indoloro.
El linfedema es el término utilizado para describir la hinchazón de una parte del cuerpo debido a la obstrucción del flujo de la linfa. Suele producirse tras la extirpación de los ganglios linfáticos por afecciones como el cáncer (por ejemplo, la hinchazón del brazo tras una operación de cáncer de mama) cuando se extirpan los ganglios linfáticos. A veces, el linfedema también puede presentarse después del tratamiento del linfoma tras la radioterapia o la biopsia de los ganglios linfáticos.
Ayuda para los ganglios linfáticos inflamados
El tratamiento de los ganglios linfáticos inflamados suele depender de la causa. Si los ganglios están inflamados, no debe preocuparse. Sin embargo, si tiene síntomas de alguna otra afección junto con el aumento de tamaño de los ganglios linfáticos, debe buscar una evaluación médica inmediata.
Los analgésicos y los medicamentos para reducir la fiebre, como el ibuprofeno y el paracetamol, son la forma estándar de tratamiento para los ganglios linfáticos inflamados. La aplicación de compresas calientes y la elevación de la zona afectada también pueden ayudar a reducir la hinchazón. Dado que los vasos linfáticos están justo debajo de la piel y pueden estimularse fácilmente, la terapia de masaje también puede reducir los efectos de los ganglios linfáticos inflamados. Si la hinchazón está causada por una infección, se pueden recetar antibióticos y medicamentos antivirales.
A las personas con trastornos inmunológicos también se les puede recetar medicación para reducir la hinchazón. Puede ser necesario drenar un absceso localizado cortando la piel y extrayendo el material infectado. Los episodios más graves de hinchazón suelen deberse a una enfermedad maligna y a una intervención quirúrgica; puede ser necesaria la radiación o la quimioterapia.