Reemplazar las viejas bombillas fluorescentes compactas (CFL) y las tiras de luz fluorescente por luces LED es una decisión que ahorra dinero y protege el medio ambiente. Lo mismo ocurre con las luces y tiras navideñas, aunque sólo las utilice durante unas semanas al año y sigan funcionando. Los LED son más duraderos, no se calientan como otros tipos de luces y no utilizan cristal, lo que significa que no romperás unas cuantas luces cada año.
Sin embargo, si decides cambiar a los LED, ¿qué haces con esas viejas bombillas y luces navideñas? En primer lugar, no las tire a la basura sin más. Las luces centelleantes, las CFL, las bombillas fluorescentes y las incandescentes deben reciclarse. Las CFL contienen mercurio, por lo que si no se desechan correctamente, pueden romperse y liberar pequeñas cantidades de mercurio al medio ambiente. Los cables de luz también pueden contener plomo, que se encuentra en algunos recubrimientos de cables de cloruro de polivinilo (PVC) para hacerlos más flexibles y menos propensos a romperse.
Los programas de reciclaje de luces establecidos saben qué hacer con las luces viejas, usadas e incluso rotas. Algunos ofrecen intercambios gratuitos o descuentos en luces navideñas LED nuevas. Si no puede encontrar una tienda o un programa local que recicle las luces, la Agencia de Protección Ambiental (EPA) aconseja consultar con una agencia reguladora del medio ambiente regional o estatal para ver si puede tirar las CFL usadas o rotas a la basura doméstica normal. Si es así, selle bien la bombilla en una bolsa de plástico y deposítela en la basura para la próxima recogida de residuos.