El Centro Recreativo Marino y el Centro SquashBusters reabrirán sus puertas en el campus de Northeastern en Boston el 11 de septiembre de 2020. Los visitantes notarán al instante los cambios que se han realizado en ambos centros de recreación para promover la seguridad de todos en el campus y en las comunidades circundantes.

Algunas de las máquinas de ejercicio se han desplazado a las canchas de baloncesto en Marino, con el fin de proporcionar un mínimo de 14 pies entre las estaciones. Cada instalación funcionará a no más del 40 por ciento de su capacidad normal.

Los clientes deberán llevar máscaras durante sus entrenamientos, que deberán reservar con antelación a través de la aplicación Atleto. Las taquillas, las duchas, los secadores de pelo y las saunas no estarán disponibles.

Las áreas de cada centro se cerrarán periódicamente a lo largo del día para permitir una limpieza profunda por parte de los equipos de saneamiento de Northeastern. Foto de Matthew Modoono/Northeastern University

«Casi nada es igual», dice Omar Rouhana, director asociado de recreación universitaria-empresa y tecnología de Northeastern. Él anima a los huéspedes a visitar el sitio web de recreación del campus para obtener detalles y recorridos en video de las instalaciones reconfiguradas.

Proporcionar acceso a los entrenamientos individuales es una parte importante de la reapertura por etapas de Northeastern, dice Madeleine Estabrook, vicerrectora principal de asuntos estudiantiles de Northeastern.

«La reapertura de nuestras instalaciones de recreación es otra forma en la que estamos haciendo del bienestar y la seguridad de Northeastern una prioridad», dice Estabrook. «Las actividades recreativas y de fitness animan a los estudiantes a cuidar su salud física y mental. Los estudiantes reportan una variedad de beneficios al participar en los programas de recreación del campus, incluyendo sentimientos de bienestar físico, reducción del estrés, respeto por los demás, amistades y confianza en sí mismos.»

Las máscaras deben ser usadas por los invitados a lo largo de sus entrenamientos, los cuales deben ser reservados con anticipación a través de una app. Foto de Ruby Wallau/Northeastern University

Atletismo y recreación, en consulta con la planificación del campus, han estado desarrollando planes para los centros de recreación durante los últimos seis meses en concierto con la estrategia general de reapertura de la universidad.

«Creemos que es un buen momento para reabrir porque la comunidad de Northeastern ha podido pasar por las rondas iniciales de pruebas de COVID-19 en el campus», dice Jeff Konya, director de atletismo de Northeastern. «El personal de recreación ha podido formar a los empleados con respecto a los nuevos procedimientos y protocolos que vamos a tener tanto en Marino como en SquashBusters, lo que nos permite ofrecer un servicio a la comunidad de Northeastern de forma segura».»

Marino se ha dividido en cuatro zonas. Los invitados reservarán un entrenamiento en una zona por día. Habrá espacio para 90 invitados por hora en Marino, y 10 invitados por hora en SquashBusters. Las zonas de cada centro se cerrarán periódicamente a lo largo del día para permitir una limpieza profunda por parte del personal de Northeastern.

Ambas instalaciones estarán abiertas de lunes a viernes entre las 6 de la mañana y las 10 de la noche, y los fines de semana desde las 8 de la mañana hasta las 8 de la noche.

Habrá entrenadores personales, así como acceso a clases de fitness al aire libre y online (a través de YouTube y Zoom).

La pista de atletismo del Cabot Center, el campo de césped y la piscina permanecerán cerrados al público (aunque estas instalaciones podrán estar disponibles para los estudiantes-atletas universitarios de forma limitada después de que se hayan cumplido los protocolos de pruebas COVID-19).

Konya señala que el ejercicio regular puede ayudar a los miembros de la comunidad de Northeastern a lidiar con el estrés de la era del COVID-19, pero los entrenamientos deben realizarse en un entorno saludable, en reconocimiento de los protocolos de salud pública y seguridad.

«Esta es la nueva normalidad», dice Konya.

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