En estudios anteriores los inhibidores de la captación de serotonina como citalopram disminuyeron el consumo de alcohol en alcohólicos. El mecanismo del efecto no se entiende completamente. Este estudio probó la hipótesis de que está mediado por cambios en el deseo de beber y en los efectos del alcohol. Después de un período de referencia de 1 semana, los sujetos (13 hombres y 3 mujeres; de 26 a 69 años de edad; sanos, no deprimidos, bebedores dependientes del alcohol) fueron asignados aleatoriamente de manera doblemente ciega para recibir 40 mg/día de citalopram y placebo durante 1 semana cada uno, separados por un período de lavado de 1 semana. Se registraron las bebidas alcohólicas estándar diarias (13,6 g de etanol), las bebidas no alcohólicas y el consumo de tabaco; se tomaron muestras de orina por la noche; y se calificaron el interés, el deseo, el ansia y el gusto por el alcohol. Se evaluó semanalmente el estado médico, la depresión y la ansiedad, pero no se dio ningún otro tratamiento o consejo. Las bebidas alcohólicas diarias disminuyeron significativamente durante el tratamiento con citalopram (media +/- SEM = 4,6 +/- 0,6) en comparación con el placebo (5,7 +/- 0,8; p = 0,01), y la disminución media fue del 17,5%. El porcentaje de días de abstinencia aumentó durante la administración de citalopram (27,7% +/- 5,7%) en comparación con el placebo (15,5% +/- 3,7%; p inferior a 0,01). El citalopram disminuyó el interés, el deseo, el ansia y el gusto por el alcohol (todos con una p inferior a 0,05). Hubo una clara validación interna de estas medidas en el sentido de que las variaciones en cada una de ellas se correlacionaron con el consumo de alcohol (todas r mayores de 0,5, p menor de 0,05). Las bebidas no alcohólicas, los autoinformes sobre los cigarrillos fumados (fumadores diarios) y el peso corporal no cambiaron significativamente. En las sesiones experimentales en el bar, después de los períodos de citalopram y placebo, los sujetos debían consumir la mayor cantidad posible de 18 minibebidas (equivalentes a seis bebidas estándar) a intervalos de 5 minutos. Los sujetos calificaron su deseo de consumir alcohol, su intoxicación y su estado de ánimo. El citalopram no tuvo efectos significativos sobre el deseo de alcohol o la sensación subjetiva de intoxicación. Los resultados indican que los inhibidores de la captación de serotonina pueden actuar disminuyendo el deseo de beber y los efectos reforzadores del alcohol. Además, un ensayo naturalista con pacientes externos es un procedimiento sensible, sencillo y económico para detectar estos efectos del fármaco.

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