Una convulsión es el resultado de una actividad neurológica repentina y anormal; básicamente, es un tipo de tormenta eléctrica en el cerebro. Tanto en los seres humanos como en los perros, las convulsiones pueden deberse a multitud de causas y suelen ir acompañadas de una alteración o pérdida de conciencia. Pueden durar unos segundos, varios minutos o, en el peor de los casos, horas. Dependiendo del problema, el tratamiento puede ser tan sencillo como una dosis regular de medicación. Sin embargo, las convulsiones relacionadas con enfermedades cerebrales pueden provocar daños cerebrales, o incluso la muerte, si no se tratan. Entender las causas y los tipos de convulsiones en los perros puede hacer que la experiencia sea menos estresante.

¿Qué son las convulsiones?

Las convulsiones en los perros se clasifican como generalizadas (de todo el cuerpo, convulsivas), focales (leves y aisladas en una zona específica del cuerpo), o en racimo (que ocurren sucesivamente). A menudo, las convulsiones están precedidas por un período de ansiedad, inquietud o aprehensión llamado «fase preictal». La convulsión propiamente dicha se denomina «ictus». Después de la convulsión está la «fase post-ictal», que puede implicar de varios minutos a horas de desorientación, estupor o ceguera.

Las convulsiones generalizadas (también llamadas convulsiones tónicas o clónicas) afectan a todo el cuerpo y se caracterizan por la pérdida de la conciencia, la rigidez general o por movimientos espásticos e involuntarios. El perro puede perder el control de su vejiga e intestinos y algunos perros pueden incluso vocalizar durante el evento. Las crisis focales, a veces denominadas crisis parciales, están aisladas en una parte concreta del cerebro y, por tanto, afectan a una parte específica del cuerpo. Las convulsiones focales suelen ser bastante leves y pueden caracterizarse por espasmos faciales o de las extremidades. A veces, una convulsión focal se asemeja a un breve periodo de desorientación, o el perro puede chasquear compulsivamente el aire (lo que a veces se denomina «picadura de mosca»). Las convulsiones en racimo se refieren a una serie de tres o más convulsiones que se producen en un periodo de 24 horas o a dos o más convulsiones que se producen sin un retorno completo de la conciencia entre ellas. Los perros que experimentan convulsiones en racimo necesitan tratamiento médico de inmediato y deben ser vistos ese mismo día por un veterinario.

Síntomas de convulsiones en perros

La mayoría de las convulsiones no se consideran potencialmente mortales, sin embargo, indican un problema en el cerebro del perro. Si nota que su perro actúa de forma inestable o nerviosa, y luego se derrumba, se sacude y echa espuma por la boca, puede estar teniendo una convulsión. A veces, las convulsiones pueden ser el resultado de una intoxicación o de factores ambientales, por lo que una convulsión breve puede no ser un acontecimiento grave. Sin embargo, varias convulsiones seguidas o una convulsión que dure más de cinco minutos se considera una situación de emergencia que puede poner en peligro la vida del animal. Llame a su veterinario inmediatamente. La ocurrencia de más de tres convulsiones en un período de 24 horas también es un asunto urgente que requiere un viaje al veterinario de inmediato. E incluso si la convulsión fue breve y no es recurrente, es mejor programar una cita con el veterinario, incluso si está actuando normal.

Causas de las convulsiones

Las convulsiones ocurren por una serie de razones. Su perro puede estar teniendo una reacción a una toxina. Podría estar sufriendo una infección bacteriana o viral, que a menudo puede tratarse con antibióticos o medicamentos antivirales. Los niveles bajos de azúcar en sangre pueden provocar convulsiones y son frecuentes en los cachorros de razas pequeñas. En casos más graves, su perro podría padecer una enfermedad cerebral, como la epilepsia idiopática, o problemas metabólicos como un trastorno hepático o tiroideo. Por último, las anomalías estructurales o los tumores (tanto malignos como benignos) también pueden contribuir a las convulsiones en los perros.

Tratamiento

Si su perro está teniendo una convulsión, lo primero que debe hacer es llamar a su veterinario, que realizará pruebas de diagnóstico, comenzando con análisis de sangre y un examen físico y posiblemente radiografías, en un esfuerzo por diagnosticar la causa. Si las pruebas iniciales no son concluyentes, un neurólogo veterinario puede realizar una tomografía computarizada, una resonancia magnética o una punción del líquido cefalorraquídeo (LCR) para obtener más información sobre el estado de su perro. Afortunadamente, la mayoría de las convulsiones en los perros pueden regularse con medicación, aunque es posible que se produzcan algunas convulsiones de tipo rupturista. Pero dependiendo de la causa, simplemente evitar una sustancia tóxica, tratar las condiciones subyacentes en el cerebro o el hígado, o utilizar terapias alternativas como la acupuntura puede ayudar. A veces, como en el caso de un tumor, su perro necesitará una intervención quirúrgica antes de que se resuelvan sus episodios de convulsiones. Es importante que siga las recomendaciones de su veterinario para obtener un resultado satisfactorio.

Una convulsión prolongada o una serie de convulsiones que se producen de forma continua se denominan estado epiléptico. Se trata de una situación grave que, si no se trata, puede provocar daños cerebrales, hipertermia (temperatura corporal elevada) e incluso la muerte. Los perros en estado epiléptico requieren hospitalización y a menudo necesitan una infusión constante de medicamentos para detener las convulsiones.

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¿Qué es la enfermedad cerebral en los perros?

La epilepsia canina es una enfermedad idiopática sin causa conocida. El inicio típico oscila entre las edades de 1 a 5 años y la raza y los antecedentes familiares pueden jugar un papel en su desarrollo. No existe una prueba específica para diagnosticar la epilepsia, por lo que a menudo se recomiendan pruebas de diagnóstico avanzadas (como una tomografía computarizada, una resonancia magnética y una punción lumbar) para descartar otras causas. Sin embargo, a veces se hace un diagnóstico presuntivo cuando un perro cumple los criterios de la enfermedad. Muchos perros epilépticos responden bastante bien al tratamiento farmacológico, necesitándolo durante toda su vida para mantener un estilo de vida feliz.

Cómo prevenir las convulsiones

Con una miríada de causas, sólo hay unas pocas maneras de prevenir las convulsiones en los perros. Una medida preventiva es mantener a su perro alejado de sustancias tóxicas y venenos como disolventes de pintura y anticongelantes. El estrés puede hacer que un perro propenso a las convulsiones tenga un episodio, por lo que si su mascota ha tenido convulsiones en el pasado, minimizar el estrés en su entorno es muy importante.

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