Debido a que hay cierto solapamiento entre los distintos sentidos, los diferentes métodos de clasificación neurológica pueden arrojar hasta 21 sentidos. Y este número no incluye algunas experiencias fisiológicas como, por ejemplo, la sensación de hambre o sed. Los sentidos generalmente acordados por los neurocientíficos incluyen actualmente:
- Termocepción – el sentido del calor (se discute que el sentido del frío pueda ser un sentido separado)
- Nocicepción – la percepción del dolor
- Equilibriocepción – la percepción del equilibrio
- Propriocepción – la percepción de la conciencia del cuerpo (cerrar los ojos y tocarse la nariz. ¿Lo has conseguido a la primera? Eso es la propiocepción en acción)
- Los sentidos de la radiación: sentido del color, sentido de los estados de ánimo asociados al color, sentido de la temperatura.
- Los sentidos de la sensación: sensibilidad a la gravedad, a la presión del aire y del viento, y al movimiento.
- Los sentidos químicos: sentido hormonal, como las feromonas, hambre de comida, agua o aire.
- Los sentidos mentales: el dolor, externo e interno, la angustia mental o espiritual, el sentido del yo, incluyendo la amistad, el compañerismo y el poder, la capacidad psíquica.
¿No estás contento con hasta 21? El ecopsicólogo Michael J Cohen cifra en 53 el número de sentidos de que disponemos. Su definición de sentido va más allá de la definición de fenómeno fisiológico/sensor nervioso. Desglosa los sentidos en cuatro categorías:
El punto de vista de Cohen es que todos somos criaturas sensoriales y que nuestros sentidos humanos son una gran parte de lo que somos. Nuestros sentidos no nos han sido dados para ser complacidos, para ser juguetes o para decorar, sino que son mecanismos originalmente diseñados para ayudarnos a sobrevivir y prosperar en el mundo natural. Debido a que la vida en el mundo «desarrollado» es ahora tan confinada (los estadounidenses, por ejemplo, pasan una media del 95% de sus vidas en el interior) nuestros sentidos tienen poco que hacer y, en consecuencia, se atrofian o se vuelven demasiado sensibles, lo que a su vez conduce a muchas de las dolencias comunes de la existencia actual, como el estrés, la ansiedad y la depresión.
La próxima vez que salgas a la calle ve a un lugar nuevo o toma una nueva ruta. Concéntrese en lo que experimenta, no sólo en los olores y sonidos, sino en todas las sensaciones: frío, hambre, expectación, nerviosismo… Adelante, olvídese de consentir a sus sentidos y piense más en ejercitarlos.
Para una lista más completa de los 9, 21 o 33 sentidos visite Meditación 24-7