El envejecimiento es un proceso natural, sin embargo, hay factores específicos del estilo de vida que pueden tener un impacto en lo temprano que podemos desarrollar líneas y arrugas. Siendo consciente de estos factores y realizando cambios específicos en el estilo de vida, puede ser posible influir en el desarrollo y la gravedad de estas arrugas.
Reducir el uso excesivo del músculo de la frente
Las expresiones humanas se aprenden de la familia, los amigos y las personas que encontramos en nuestras vidas, podemos levantar las cejas para mostrar interés en algo o cuando estamos sorprendidos. Las expresiones faciales son una parte importante de la comunicación, sin embargo, las personas que tienden a ser muy expresivas pueden encontrar que las líneas tienden a comenzar a aparecer antes que otras.
Alrededor de los treinta años podemos notar que las líneas están presentes en nuestra frente, incluso cuando no estamos expresando o levantando las cejas, esto se debe a que, la piel es como cualquier material, con el tiempo, si se dobla de una manera, repetidamente dejará una marca permanente, las arrugas constantes de la piel tienden a formar una línea más profunda. Reduciendo el movimiento de la frente podemos ayudar a evitar que las arrugas de la frente se formen de forma temprana.
Trate de ser consciente del tiempo que puede estar levantando las cejas. Si te das cuenta de que eres expresivo por naturaleza y tiendes a levantar las cejas con frecuencia durante la conversación, trata de ser consciente de las veces que lo haces e intenta romper el hábito.
Tener una dieta rica en antioxidantes
Los antioxidantes están presentes en las frutas, verduras y vitaminas como las vitaminas A, C y E. Los antioxidantes pueden ayudar a mejorar la salud de la piel al deshacerse de los compuestos de nuestra piel llamados radicales libres que pueden afectar negativamente a la forma en que la piel se repara a sí misma. Si la piel no se repara eficazmente y no crea nuevas células cutáneas, puede perder proteínas esenciales como el colágeno y la elastina que dan a nuestra piel su aspecto juvenil, elástico y suave.
El agua potable y la salud de la piel
Una ingesta adecuada de agua es importante para mantener una piel sana y vibrante. El agua es esencial para el correcto funcionamiento de los órganos, y dado que la piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo, es increíblemente importante para mantener la humedad en las capas superiores de la piel y mantener una piel joven.
La deshidratación hace que la piel se reseque, aumentando la probabilidad de que aparezcan arrugas y otras manchas. Para mantener la salud de la piel es importante beber mucha agua y mantener el cuerpo bien hidratado. Las bebidas con cafeína, como el café y las populares bebidas energéticas, son potentes diuréticos que pueden provocar la deshidratación. Si bebes mucho café, asegúrate de compensar con agua para mantener tu piel hidratada y utilizando una buena crema hidratante para retener la humedad en la piel.
La exposición excesiva al sol daña la piel y la envejece prematuramente
Tener cuidado de evitar la exposición directa al sol reducirá la velocidad a la que se desarrollan las arrugas y también prevendrá otras afecciones de la piel, como las manchas de exceso de pigmentación, y reducirá tu riesgo de desarrollar cáncer de piel. La exposición a las potentes radiaciones UVA y UVB del sol puede dar lugar a un bronceado dorado, pero también puede provocar graves daños en la piel que den lugar al desarrollo temprano de líneas y arrugas en el rostro.
Una de las mejores formas de disminuir los efectos nocivos del sol sobre el envejecimiento es evitar la exposición prolongada a la luz solar intensa, así como utilizar productos tópicos anti-UV, como los protectores solares. Las radiaciones ultravioletas nocivas pueden penetrar a través de las nubes y, por tanto, es bueno usar protectores solares a diario, sobre todo si tiende a quemarse con facilidad y tiene una piel clara que carece de melanina, el pigmento protector natural de la piel.
El alcohol reseca la piel
Beber con frecuencia grandes cantidades de alcohol por encima de las pautas recomendadas puede ser malo para la piel, ya que el alcohol es un diurético extremadamente potente que hace que te sientas fatigado y deshidratado causando sequedad en la piel y comprometiendo la salud.
Beber alcohol aumenta los niveles de cortisol de tu cuerpo, que se libera en el cuerpo en respuesta al estrés. Los altos niveles de cortisol y la deshidratación pueden afectar a la capacidad de la piel para regenerarse y repararse, disminuyendo los niveles de colágeno en la piel, una de las proteínas más importantes para la salud de la piel. Mantener el alcohol dentro de los límites recomendados por el gobierno puede ayudar a mejorar la salud de la piel y prevenir las primeras líneas y arrugas, incluidas las de la frente.
Fumar daña el colágeno e irrita la piel sana
Fumar tiene muchos efectos perjudiciales para la salud en general, incluida la piel. La nicotina hace que los vasos sanguíneos se contraigan y, por tanto, reduce el suministro de sangre a la piel. La reducción del suministro de sangre significa que la piel está bajo estrés y se producen más radicales libres dañinos que pueden alterar el ADN de la piel y ralentizar la reposición de colágeno y elastina. Los fumadores tienden a envejecer más rápido que los no fumadores y su piel puede parecer seca, con una pérdida de su rebote natural.