Estás abrazando a tu bebé después de una sesión de lactancia, sólo para experimentar fuertes dolores punzantes a través de tus pezones momentos después. Tu pezón puede volverse pálido o blanco, o tener un aspecto deforme.
Puede que estés experimentando escaldado del pezón o vasoespasmo del pezón, dos condiciones que pueden afectar a las madres lactantes y que pueden hacer que quieras tirar la toalla en la lactancia materna por completo. La buena noticia: Unas pocas soluciones suelen aliviar los síntomas para que usted y su bebé puedan volver a la felicidad de la lactancia materna.
¿Qué es el escaldado del pezón?
Si termina de amamantar y su pezón sale de la boca de su bebé blanqueado y con una forma extraña -casi como la punta de un lápiz labial nuevo- es posible que tenga escaldado el pezón. Esto suele ocurrir porque el bebé ha presionado demasiado el pezón mientras se alimentaba. Como resultado, el pezón se comprime.
¿Qué es el vasoespasmo del pezón?
El vasoespasmo del pezón se produce cuando los vasos sanguíneos que lo rodean se contraen de forma anormal, lo que provoca una alteración del flujo sanguíneo en la zona. Casi una cuarta parte de las nuevas mamás experimentan vasoespasmos en las primeras ocho semanas del nacimiento del bebé, según un estudio de 2014.
Las mujeres que padecen el fenómeno de Raynaud -un raro trastorno que hace que los vasos sanguíneos de los dedos de las manos y de los pies se estrechen cuando tienes frío o estás estresada- suelen ser más susceptibles. Aunque los vasoespasmos del pezón suelen aparecer por primera vez cuando empiezas a dar el pecho, también pueden ocurrir ocasionalmente durante el embarazo.
¿Cuáles son los síntomas del escaldado del pezón y del vasoespasmo?
Con el escaldado, podrías experimentar lo siguiente:
- Tu pezón está blanco o mal formado en cuanto sale de la boca de tu bebé.
- Puede notar una franja blanca a lo largo de su pezón.
- Puede experimentar algo de dolor unos minutos más tarde, a medida que la circulación y el flujo sanguíneo regresan.
- Ardor intenso, dolor punzante o palpitante en los pezones una vez que el bebé ha dejado el pecho (algunas mujeres también lo notan mientras dan el pecho).
- El dolor puede empeorar cuando tienes frío, y puedes experimentarlo al salir de una ducha caliente o aventurarte al aire libre en un día frío.
- Su pezón puede volverse blanco, azul, púrpura o rojo antes de volver a su color normal.
- El dolor puede durar desde unos segundos hasta unas horas.
El vasoespasmo del pezón suele ser más intenso. Puede experimentar:
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Una forma de diferenciar la vasoconstricción del pezón de otros tipos de dolor del pezón es que puede desencadenarse de forma predecible por el frío, mientras que otras causas de dolor no pueden hacerlo.
¿Qué causa el escaldado del pezón y el vasoespasmo?
La principal razón por la que las mujeres experimentan escaldado del pezón es el mal agarre de su bebé. Si es demasiado superficial, comprimirá el pezón mientras el bebé mama.
Otras causas comunes son un flujo de leche demasiado rápido, que lleva a que el bebé se apriete en un esfuerzo por controlarlo (un indicio de que esta es la causa podría ser si su bebé se ahoga a menudo o balbucea durante las tomas). El bebé también puede tener un problema de lengua o de paladar que le dificulte la lactancia.
El vasoespasmo es un poco más complejo, y no está del todo claro por qué algunas mujeres lo padecen y otras no. Las mujeres que padecen vasoespasmo de pezón son más propensas a tener antecedentes familiares de fenómeno de Raynaud, a quejarse en general de dedos y pies fríos o incluso a tener un trastorno autoinmune subyacente como artritis reumatoide, hipotiroidismo o lupus. Esto puede verse exacerbado por otros factores – por ejemplo, un traumatismo en el pezón debido al mal agarre de su bebé, o encontrarse en un ambiente muy frío.
¿Cómo se puede tratar el escaldado del pezón y el vasoespasmo?
El escaldado en sí mismo suele estar relacionado con un mal agarre, por lo que trabajar con un asesor de lactancia para arreglar eso suele resolver el problema.
Tratar el vasoespasmo puede ser más difícil. Si nota que sus vasoespasmos empeoran cuando tiene frío, intente dar el pecho en ambientes cálidos, lleve ropa de abrigo y póngase un calentador de pechos o un paño húmedo y caliente en los pechos antes de dar el pecho. En cuanto el bebé termine de mamar, cúbrete el pezón de inmediato mientras te pones el sujetador. También puedes considerar la posibilidad de ponerte almohadillas de lana en el sujetador, que tienden a mantener los pezones más calientes que las almohadillas de algodón normales. Evite la nicotina y la cafeína, ya que pueden agravar el problema.
Si todavía experimenta dolor, intente masajear su areola (el anillo de piel pigmentada que rodea el pezón) con aceite de oliva. También puede masajear los músculos del pecho por encima de los senos antes de las tomas, o durante un vasoespasmo, durante 60 segundos en cada lado.
También puede intentar estirar los músculos alrededor de los senos varias veces al día para ayudar a que la sangre fluya hacia la zona del pezón. Levante un brazo a la altura de los hombros y presiónelo hacia atrás mientras respira profundamente un par de veces, luego repita en el otro lado.
Si estos pasos no funcionan, puede probar un analgésico de venta libre como el ibuprofeno (Advil, Motrin IB y otros) o el paracetamol (Tylenol y otros), ambos son seguros para usar durante la lactancia.