Alexandru-Eduard Nica

Alexandru-Eduard Nica, Periodista
@uxconnections

¿Cuántos de nosotros conocemos el origen de una de las palabras más comunes asociadas a la tecnología?

El mundo de lo digital y la tecnología suele tenernos metidos de lleno entre dígitos, gadgets, dispositivos, programas y teclas de acceso rápido. De vez en cuando, unas pequeñas historias sobre este mundo pueden ayudarnos a despejar la mente. Así que vamos a relajarnos un poco con un dato interesante sobre la palabra «robot». Existe en el vocabulario de todos los usuarios de tecnología, pero su origen sigue siendo algo misterioso. Al fin y al cabo, se trata de una cuestión de conocimiento general.

En 1920, un autor y dramaturgo checo creó una obra llamada R.U.R. – Rossum’s Universal Robots. Se llamaba Karel Čapek, y su obra no tardó en llegar al público extranjero, siendo representada en Nueva York, en 1922 y 1923. Diecisiete años más tarde, la BBC llevó la obra a la pantalla, lo que hizo que Čapek captara la atención de la opinión pública culta de todo el mundo, ya que su R.U.R. tenía ahora cobertura internacional. Este fue también el nacimiento del «robot» moderno.

En pocas palabras, Los robots universales de Rossum es una sátira distópica sobre un mundo de criaturas (los «robots» de Čapek) producidas por humanos. Eran más bien seres humanoides, sin partes mecánicas, pero su función era la misma: facilitar el trabajo de las personas. R.U.R. se presenta como una advertencia de los peligros potenciales de la tecnología, ya que la humanidad deja de trabajar e incluso de procrear. Las criaturas se rebelan y la gente casi acaba siendo exterminada. Sin embargo, dos robots aprenden a amarse, al final, lo que lleva a la obra a un final feliz.

Tal vez se pregunte qué tiene que ver con la palabra «robot», ya que los robots de R.U.R. no eran máquinas, sino entidades orgánicas.

La respuesta es sencilla. Karel Čapek describió a sus criaturas utilizando una palabra que reflejara la actividad para la que fueron producidas. Por lo tanto, como su único propósito era trabajar para los humanos, pensó en llamarlas «labori», de la palabra latina para trabajo. Por eso, de hecho, los derechos de autor de «robot» pertenecen a su hermano, Josef. Josef Čapek sugirió una solución más sencilla y menos rebuscada: la palabra checa «labor», que tiene la misma forma en todas las lenguas eslavas: «robota». Finalmente, las creaciones se llamaron «roboti»: robots.

En cuanto a la palabra inglesa, «robot» llegó al léxico en 1839, procedente del alemán, pero tenía el mismo significado que en las lenguas eslavas: trabajo, o más exactamente servidumbre – una especie de trabajo basado en una relación de dependencia entre el trabajador y el beneficiario. Así que nada de metal, ni circuitos eléctricos, ni movimientos repetitivos. Sólo pura mano de obra.

El momento en que su obra se emitió – cien años después- generó un fuerte cambio, que borró de facto todos los significados anteriores de «robot», en inglés.

Probablemente el deseo de Karel Čapek era criticar la tecnología y la mecanización, ya que puede destruir a la humanidad, convirtiendo de nuevo el trabajo en esclavitud. No obstante, el resultado fue un nuevo concepto en la cultura popular, escrito con las mismas letras y desarrollado posteriormente por autores como Isaac Asimov. Hoy, este concepto -el robot- se erige como un pilar de la tecnología y la industria de alta tecnología.

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