Si hay un valor que cotiza hoy en día porque no es común y cuesta mucho encontrarlo, ese es la lealtad. La lealtad es la acción mediante la cual una persona se mantiene fiel a determinadas creencias, ideales, formas de ver el mundo pero también y principalmente a otra persona, a un colectivo o a un conjunto de sujetos del cual se siente parte.
La lealtad como valor de todos ser gregario
Partamos del hecho no menor de que el ser humano, como muchos otros animales, es un ser gregario. Esto quiere decir que vive y necesita vivir en sociedad con sus pares. Así, uno de los valores más importantes para mantener esa vida en comunidad es justamente la lealtad porque es a través de ella que se pueden establecer lazos de solidaridad y confianza entre las diferentes personas.
Por lo general, la lealtad implica la existencia de otros valores tales como el compromiso, la solidaridad, la empatía, etc. Todos ellos quieren decir que una persona se interesa y se compromete con aquello que es elegido y lo mantiene y defiende ante cualquier cosa o situación.
La lealtad es un bien poco común en un mundo altamente individualista
Como sabemos, la época en la que vivimos nos lleva hacia una rutina cada vez más individualista y aislada en la que prima el éxito personal y el triunfo por sobre la solidaridad o las actividades en colectivo. La lealtad es parte importante de la convivencia en un grupo y es por eso que hoy en día escasea como valor porque termina primando el hecho de vencer o triunfar y, más aún, sentir que ese triunfo es un resultado puro y exclusivo de lo que uno aisladamente logró y no por la presencia de quienes nos rodean.
La lealtad, sin embargo, es muy significativa en algunos espacios o ámbitos como por ejemplo el deporte grupal (el fútbol o cualquier otro), la política, la militancia y todos aquellos lugares donde uno actúe más por lealtad a determinadas convicciones que por los beneficios magros que pueda obtener (por ejemplo, un docente que sigue ejercitando su profesión aún en las peores condiciones por lealtad a sus ideales).
La lealtad en la política y en el mundo de la militancia
Si la historia nos ha legado algún conocimiento sobre la lealtad, mucho tiene que ver la política con esto. Desde las revoluciones más importantes, la lucha por determinados ideales, la militancia política o la simple protesta frente a situaciones que puedan considerarse injustas. Como gran parte de estas acciones implican el trabajo en grupo, la lealtad se vuelve doble: hacia los ideales, pero también hacia quienes nos acompañan.