Estamos atentos a las soluciones para que no tengas que hacerlo. (Esa no es una de las soluciones, por cierto – es bastante antihigiénico.)
El primer punto que nuestros amigos otorrinolaringólogos hicieron fue que en realidad podría no necesitar limpiar la cera de los oídos en absoluto. Espera, ¿qué? Pero es tan asqueroso?
Bueno, Dale Tylor, MD, un otorrinolaringólogo pediátrico y general en Washington Township Medical Foundation en Fremont, CA, nos respalda.
«El cerumen tiene propiedades antibióticas y antifúngicas», dice Tylor. «Un exceso de limpieza puede provocar complicaciones en el oído y la piel en el futuro, desde infecciones de oído hasta eczema en el oído externo».
Aún más preocupante, añade que es bastante común ver a pacientes que se han hecho un agujero en el tímpano después de usar bastoncillos de algodón. Lo cual es un terrible trauma físico por el que pasar simplemente porque tus oídos estaban un poco sucios.
(Sin embargo, pueden ayudar con el cuidado de la piel, así que no los descartes por completo.)
Si realmente, realmente no puedes cortar de golpe, Tylor recomienda limitar tu limpieza a tres veces al mes. Y será mucho más fácil dejar de pasar el hisopo armado con la imagen mental que nos acaba de dar.
Para evitar cualquier percance con el tímpano, sigue los siguientes pasos:
- Limpia sólo después de la ducha, ya que el calor hace que la cera se derrita.
- Alinea una uña en el punto en el que el algodón se encuentra con el bastoncillo – esto será tu salvaguarda para asegurarte de que no profundizas demasiado.
- Limpia suavemente el interior de tu oído.
- Trata de no obsesionarte con si queda cera en el oído.
Para evitar el escenario por completo, aconseja que la gente se deshaga de los bastoncillos y opte por una rutina de aceite y peróxido de hidrógeno en su lugar:
- Una vez a la semana antes de acostarse, llena un cuentagotas con aceite de oliva o mineral.
- Ponga hasta tres gotas dentro de cada oreja, y masajee el triángulo de cartílago que cubre su oreja para cubrir su canal auditivo.
- Siga con una bola de algodón para mantener el aceite fuera de su funda de almohada (porque eww).
- Al día siguiente, cuando estés en la ducha, vierte un poco de peróxido de hidrógeno en tu mano y frótalo en tu oído.
- El peróxido burbujeará, llevándose la cera ablandada con él y dejándote libre de cera y preocupaciones.
Y recuerda – puede que no necesites hacer esto en absoluto. El Instituto Nacional de la Sordera y Otros Trastornos de la Comunicación (NIDCC), que sabe distinguir sus oídos de su codo, sugiere que sólo 1 de cada 10 niños y 1 de cada 20 adultos tienen exceso de cera en los oídos.
Así que deja de buscar tanto cera como excusas. Hay otras formas menos arriesgadas. Te lo debes a ti mismo y a tus oídos. La higiene es la elegida: aquí tienes cómo ducharte correctamente.