Se sabe que el alcohol es perjudicial para la salud en general, y se sabe que aumenta el riesgo de lesiones y violencia, incluida la violencia de pareja, y puede causar intoxicación etílica. En momentos de bloqueo durante la pandemia de COVID-19, el consumo de alcohol puede exacerbar la vulnerabilidad sanitaria, los comportamientos de riesgo, los problemas de salud mental y la violencia. La OMS/Europa recuerda que el consumo de alcohol no protege de la COVID-19, y anima a los gobiernos a aplicar medidas que limiten el consumo de alcohol.

Rompiendo mitos sobre el alcohol y el COVID-19

Como parte de su respuesta de salud pública al COVID-19, la OMS ha trabajado con sus socios para desarrollar una hoja informativa que aborda los mitos y proporciona orientación durante la pandemia: «El alcohol y el COVID-19: lo que necesitas saber».

El miedo y la desinformación han generado un peligroso mito de que el consumo de alcohol de alta graduación puede matar el virus COVID-19. No es así. El consumo de cualquier tipo de alcohol supone riesgos para la salud, pero el consumo de alcohol etílico de alta graduación (etanol), especialmente si ha sido adulterado con metanol, puede tener graves consecuencias para la salud, incluso la muerte.

El consumo de alcohol está asociado a una serie de enfermedades transmisibles y no transmisibles y a trastornos de salud mental, que pueden hacer que una persona sea más vulnerable al COVID-19. En particular, el alcohol compromete el sistema inmunológico del cuerpo y aumenta el riesgo de resultados adversos para la salud. Por lo tanto, las personas deben reducir al mínimo su consumo de alcohol en cualquier momento, y en particular durante la pandemia de COVID-19.

El alcohol es una sustancia psicoactiva que se asocia a los trastornos mentales; las personas en riesgo o que tienen un trastorno por consumo de alcohol, son especialmente vulnerables, sobre todo cuando se aíslan. Los servicios médicos y de tratamiento deben estar alerta y preparados para responder a cualquier persona que lo necesite.

Restricción del acceso al alcohol durante la pandemia de COVID-19

El alcohol es responsable de 3 millones de muertes al año en todo el mundo, un tercio de las cuales se producen en la Región Europea de la OMS. No sólo es la región con el mayor consumo de alcohol y la mayor prevalencia de bebedores en la población, sino que también es la región con la mayor prevalencia de trastornos por consumo de alcohol en la población y la mayor proporción de muertes causadas por el alcohol, entre todas las muertes.

«El alcohol se consume en cantidades excesivas en la Región Europea, y deja demasiadas víctimas. Durante la pandemia de COVID-19, deberíamos preguntarnos realmente qué riesgos estamos asumiendo al dejar a las personas encerradas en sus casas con una sustancia que es perjudicial tanto para su salud como para los efectos de su comportamiento sobre los demás, incluida la violencia», dice Carina Ferreira-Borges, Directora del Programa de Alcohol y Drogas Ilícitas de la OMS/Europa.

Las normas y reglamentos existentes para proteger la salud y reducir los daños causados por el alcohol, como la restricción del acceso, deben mantenerse e incluso reforzarse durante la pandemia de COVID-19 y las situaciones de emergencia; mientras que debe evitarse cualquier relajación de los reglamentos o su aplicación.

Esto debe complementarse con la comunicación al público sobre los riesgos del consumo de alcohol, y con el mantenimiento y el refuerzo de los servicios de alcohol y drogas.

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