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La Organización Mundial de la Salud propuso al estrés como una de las enfermedades del siglo XXI. Desde los estudios pioneros, el estrés fue definido como Síndrome de Adaptación General (SAG) o respuesta defensiva del cuerpo o de la psique a las lesiones o al estrés prolongado (Selye, 1956).

Posteriormente, han sido numerosos los autores que han intentado definir el estado de estrés. No cabe duda de que la conceptualización de estrés más completa vino de parte de McEwen (2000) quien lo consideró como: «un estado mental que surge ante una amenaza real o supuesta a la integridad fisiológica o psicológica de un individuo, y resulta en una respuesta fisiológica y/o conductual” (p. 173).

Existen diversos tipos de estrés dependiendo de varios factores como:

  1. Su duración.
  2. Los estímulos que provocan la primera reacción.
  3. Las consecuencias, psicológicas o fisiológicas, que se desencadenan junto al evento estresante.
  4. El contexto que condiciona la respuesta de estrés.

Conjugando los puntos dos y cuatro, y el hecho de que el contexto laboral es uno de los que más estrés provocan, esta entrada estará dedicada al estrés laboral.

Estrés laboral

El estrés laboral es un tipo de estrés asociado al ámbito del trabajo que puede ser puntual o crónico, aunque la mayoría de los casos responde al segundo tipo mencionado (Cavanaugh, Boswell, Roehling y Boudreau, 2000).

Es importante conocer que el estrés laboral puede ser positivo o negativo (Kung y Chan, 2014).

Estrés laboral positivo

El estrés laboral: definición, causas y consecuencias para la saludEl estrés positivo (eustress) se refiere a cuando la respuesta de estrés se produce de una forma adaptativa, las consecuencias de tal respuesta no perjudican la salud integral del sujeto y su duración se acopla a la duración del estímulo estresor, p.e., la respuesta de estrés que se desencadena durante tu primer día de trabajo es adaptativa (estrés positivo) porque implica que has de estar alerta para atender a los nuevos estímulos (tareas, jefes, compañeros, procedimiento de la empresa, etc.).

Estrés laboral negativo

El estrés laboral: definición, causas y consecuencias para la salud

¿Cuándo deja esta respuesta de ser adaptativa y por tanto, se puede convertir en estrés negativo? Pues, si dicho estrés dura más de un mes, la respuesta se intensifica con el paso del tiempo y comienza a interferir en la salud del trabajador (aparecen problemas de insomnio, taquicardia, ansiedad, depresión, entre otros) se trataría de un caso de estrés laboral negativo y se debería tomar medidas al respecto (recomendamos la lectura del metanálisis de Hargrove, Quick, Nelson y Quick, 2011).

Causas del estrés laboral

Existen numerosos estudios focalizados en encontrar las causas y las consecuencias más inmediatas de este tipo de estrés, el estrés laboral. A continuación, citaremos algunas de las conclusiones más destacables:

  • Se ha comprobado que ser víctima de acoso laboral desata de forma inmediata una respuesta de estrés intensa y prolongada en el tiempo (Balducci, Fraccaroli y Schaufeli, 2011; Hoobler, Rospenda, Lemmon y Rosa, 2010; Neall y Tuckey, 2014). Esto es especialmente importante teniendo en cuenta que 8 de cada 10 trabajadores españoles se sienten insatisfechos en su trabajo (CepymeNews, 2018).
  • Se ha demostrado que el estrés laboral se debe, en la mayoría de los casos, a una sobrecarga de funciones en el puesto laboral y a la ambigüedad de las funciones (Babatunde, 2013; Ganster y Rosen, 2013).
  • Además, se ha propuesto que el bajo salario se asocia con la aparición de estrés laboral (Raver y Nishii, 2010).
  • Otros han constatado que la falta de motivación intrínseca hacia el trabajo, así como la ausencia de incentivos son causas directas de estrés laboral (Conley y You, 2014; Karimi y Alipour, 2011).

Factores que condicionan el estrés laboral

Además, se ha encontrado que determinados factores pueden condicionar la aparición del estrés laboral y sus características. Dichos factores son precipitantes o condicionantes del estrés laboral. Aunque no existe una lista consensuada de dichos factores, algunas investigaciones previas han considerado que éstos podrían ser: la edad de la persona víctima de estrés laboral, el tipo de trabajo, haber padecido otro trastorno psicológico con anterioridad, el tiempo que estaba la persona sin trabajo previamente,
algunos rasgos de personalidad como el neuroticismo y el psicoticismo, el género de la víctima y las responsabilidades familiares, entre otros (Colligan y Higgins, 2006; Ganster y Rosen, 2013).

Consecuencias del estrés laboral

Finalmente, también se han de destacar las consecuencias asociadas con el estrés laboral.

Consecuencias cognitivas

Algunos estudios se han focalizado más en las consecuencias cognitivas que implican problemas de memoria (lapsus y olvidos selectivos de información relacionada con el ámbito laboral), dificultad para centrar la atención en temas laborales, problemas de concentración y un decremento en la capacidad para realizar varias tareas a la vez (errores en la memoria de trabajo) (Wiegel, Sattler, Göritz y Diewald, 2014; Rickenbach et al., 2014).

Consecuencias físicas

El estrés laboral: definición, causas y consecuencias para la saludOtros trabajos se han interesado más por las consecuencias físicas del estrés laboral y han propuesto que la persona a menudo se queja de insomnio, indicadores cardiovasculares anormales, padecimiento de hipertensión y diabetes, problemas de tiroides, y en una gran mayoría, surge sintomatología de enfermedades dermatológicas, así como dolores de cabeza y cefaleas tensionales (Ganster y Rosen, 2013; Heraclides, Chandola, Witte y Brunner, 2012; Kivimäki y Kawachi, 2015; McCraty, Atkinson y Tomasino, 2003).

Consecuencias emocionales

Asimismo, un tercer grupo de investigaciones ha optado por las consecuencias emocionales del estrés laboral. Entre éstas, cabe mencionar labilidad emocional, ataques de pánico, ansiedad y sintomatología depresiva (Tennant, 2001; Brosschot, Verkuil y Thayer, 2016).

Conclusión

En general, se puede concluir que el estrés laboral no es siempre negativo sino que depende de la intensidad, la duración y la función adaptativa de la respuesta de estrés en sí misma. Además, son muchas las investigaciones destinadas a esta temática por lo que podemos usar de forma proactiva el conocimiento actual de sus causas, síntomatología y consecuencias con el fin de intervenir tempranamente y evitar que el estrés laboral interfiera en nuestra salud, física y psicológica.

Fdo: AMUNE (Asociación Murciana de Neurociencia)

Bibliografía

  • Babatunde, A. (2013). Occupational Stress: A Review on Conceptualisations, Causes and Cure. Economic Insights-Trends & Challenges, 65(3).
  • Balducci, C., Fraccaroli, F. y Schaufeli, W. B. (2011). El acoso laboral y su relación con las características del trabajo, la personalidad y los síntomas de estrés postraumático: Un modelo integrado. Anxiety, Stress & Coping, 24(5), 499-513.
  • Brosschot, J. F., Verkuil, B. y Thayer, J. F. (2016). La respuesta por defecto a la incertidumbre y la importancia de la seguridad percibida en la ansiedad y el estrés: Una perspectiva evolutiva-teórica. Journal of anxiety disorders, 41, 22-34.
  • Cavanaugh, M. A., Boswell, W. R., Roehling, M. V. y Boudreau, J. W. (2000). An empirical examination of self-reported work stress among US managers. Journal of applied psychology, 85(1), 65.
  • CepymeNews. (2018). España es el país europeo con más estrés laboral. Recuperado el 25 de Septiembre de 2018 de: https://cepymenews.es/espana-es-el-pais-europeo-con-mas-estres-laboral/
  • Colligan, T. W. y Higgins, E. M. (2006). Estrés laboral: Etiología y consecuencias. Journal of workplace behavioral health, 21(2), 89-97.
  • Conley, S. y You, S. (2014). Role stress revisited: Job structuring antecedents, work outcomes, and moderating effects of locus of control. Educational Management Administration & Leadership, 42(2), 184-206
  • Ganster, D. C. y Rosen, C. C. (2013). Estrés laboral y salud de los empleados: Una revisión multidisciplinar. Journal of Management, 39(5), 1085-1122.
  • Hargrove, M. B., Quick, J. C., Nelson, D. L. y Quick, J. D. (2011). La teoría del manejo preventivo del estrés: una revisión y evaluación de 33 años. Stress and Health, 27(3), 182-193.
  • Heraclides, A. M., Chandola, T., Witte, D. R. y Brunner, E. J. (2012). El estrés laboral, la obesidad y el riesgo de diabetes tipo 2: efecto bidireccional específico del género en el estudio Whitehall II. Obesity, 20(2), 428-433.
  • Hoobler, J. M., Rospenda, K. M., Lemmon, G. y Rosa, J. A. (2010). Un estudio longitudinal dentro del sujeto de los efectos de las experiencias positivas de trabajo y el acoso laboral generalizado en el bienestar. Journal of Occupational Health Psychology, 15(4), 434.
  • Karimi, R. y Alipour, F. (2011). Reducir el estrés laboral en las organizaciones: Papel del locus de control. International Journal of Business and Social Science, 2(18), 232-236.
  • Kivimäki, M. y Kawachi, I. (2015). El estrés laboral como factor de riesgo de enfermedad cardiovascular. Current cardiology reports, 17(9), 74.
  • Kung, C. S. y Chan, C. K. (2014). Differential roles of positive and negative perfectionism in predicting occupational eustress and distress. Personality and Individual Differences, 58, 76-81.
  • McCraty, R., Atkinson, M. y Tomasino, D. (2003). Impacto de un programa de reducción del estrés en el lugar de trabajo sobre la presión arterial y la salud emocional en empleados hipertensos. The Journal of Alternative & Complementary Medicine, 9(3), 355-369.
  • McEwen, B. S. (2000). La neurobiología del estrés: de la serendipia a la relevancia clínica1. Brain research, 886(1-2), 172-189.
  • Neall, A. M. y Tuckey, M. R. (2014). Una revisión metodológica de la investigación sobre los antecedentes y las consecuencias del acoso laboral. Journal of Occupational and Organizational Psychology, 87(2), 225-257.
  • Raver, J. L. y Nishii, L. H. (2010). ¿Una, dos o tres veces más perjudicial? Acoso étnico, acoso de género y acoso laboral generalizado. Journal of Applied Psychology, 95(2), 236.
  • Rickenbach, E. H., Almeida, D. M., Seeman, T. E. y Lachman, M. E. (2014). El estrés diario magnifica la asociación entre el declive cognitivo y los problemas de memoria cotidianos: Una integración de métodos longitudinales y de diario. Psychology and aging, 29(4), 852.
  • Selye, H. (1956). El estrés de la vida. Nueva York: McGraw-Hill Book Company
  • Tennant, C. (2001). Estrés relacionado con el trabajo y trastornos depresivos. Journal of psychosomatic research, 51(5), 697-704.
  • Wiegel, C., Sattler, S., Göritz, A. S. y Diewald, M. (2016). Estrés relacionado con el trabajo y mejora cognitiva entre profesores universitarios. Anxiety, Stress, & Coping, 29(1), 100-117.

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