Washington podría llamarse fácilmente el patio trasero del noroeste del Pacífico. Después de todo, los fanáticos de las actividades al aire libre de todo el mundo acuden aquí por su riqueza en belleza natural. Las playas vírgenes, las cordilleras glaciares, los volcanes y las selvas tropicales de hoja perenne son los protagonistas. Además, con cinco bosques nacionales y más de 70 parques estatales, siempre hay algo que explorar.

El Parque Nacional de Mount Rainier y el Parque Nacional Olímpico están a poco más de una hora en coche de Seattle. Son algunos de los lugares más populares del estado de Washington y no es difícil ver por qué.

El Monte Rainier puede parecer una montaña nevada, pero en realidad es un volcán activo (no te preocupes, es totalmente seguro). Sube a la montaña para vivir una gran aventura, o simplemente explora los antiguos bosques. En el lado del Pacífico del estrecho de Puget, se encuentra el Bosque Nacional Olímpico. Aquí, puedes ver manadas de alces en el bosque lluvioso de Hoh, hacer senderismo por Hurricane Ridge o remar por los lagos alpinos.

Desde allí, puedes ir a la península olímpica para disfrutar de playas del Pacífico dignas de ser fotografiadas. Traiga una tabla de surf para coger algunas olas, navegue en kayak en el oleaje o simplemente hágase un banco de madera a la deriva para disfrutar de una cerveza. No olvide sus prismáticos: las ballenas asesinas, las ballenas grises y las jorobadas son vistas con bastante frecuencia.

Para una aventura más grande que la vida, adéntrese en el Parque Nacional de las Cascadas del Norte. Más de 100 lagos alpinos, 300 glaciares y 400 millas de rutas de senderismo hacen de esta zona de montaña un sueño para los mochileros. Si sólo quiere relajarse en el agua, diríjase al Parque Estatal del Lago Wenatchee. El lago glaciar es un lugar ideal para practicar senderismo, SUP y piragüismo con vistas al imponente Glacier Peak.

El oeste de Washington es donde se encuentra la mayor parte de la acción, dejando la región oriental en gran parte olvidada. Por suerte, los viajeros expertos saben que deben venir aquí para disfrutar de un clima soleado y de la soledad. Prepárese para la belleza esculpida por los glaciares del Bosque Nacional Colville, o para descender en canoa el río Columbia.

En Washington se pueden encontrar todos los tipos de acampada que pueda imaginar. Piense en yurtas, cabañas, sitios de campo, e incluso sitios para kayak y bicicletas. Mientras que la mayoría de los campamentos de los parques nacionales son por orden de llegada, los parques estatales de Washington suelen aceptar reservas.

La mayoría de los parques están abiertos todo el año. El verano es bastante seco y con un clima agradable, pero muchos campamentos se llenan en la temporada alta. Planifique su viaje a principios de otoño para evitar las prisas. No olvide meter en la maleta ropa para la lluvia y un equipo de acampada resistente a las inclemencias del tiempo, ya que Washington es famoso por sus lloviznas casi constantes.

En invierno, las temperaturas descienden hasta los 30 y 40 grados Fahrenheit. Puede que haga frío, pero es una temporada estupenda para esquiar y hacer snowboard. Considere la posibilidad de planificar un viaje en enero para divertirse al máximo en las laderas del Monte Rainier.

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