A principios de la década de 1930, el Dr. Royal Raymond Rife, un ingeniero óptico estadounidense, afirmó que lograba aumentos ópticos teóricamente imposibles de más de 30.000 veces, 10 veces más potentes que los mejores microscopios de hoy en día.

Poco después, Rife anunció que podía destruir las bacterias mediante un chorro de ondas electromagnéticas que oscilaban a frecuencias específicas para cada organismo objetivo. Según sus partidarios, Rife curó a un número considerable de personas infectadas con una serie de infecciones comunes pero peligrosas, como la fiebre tifoidea, la salmonela y la gripe. Pero su afirmación más controvertida era que su aparato podía matar a los organismos similares a los virus, que él apodaba «BX», responsables del cáncer. Rife y su equipo afirmaron haber curado a 15 pacientes de cáncer «sin esperanza» tras 60 días de tratamiento.

El sistema de tubos de rayos de Rife se instaló en varias clínicas y sus resultados fueron corroborados por numerosos científicos y médicos. En 1939 fue invitado a dirigirse a la Real Sociedad de Medicina, que también había aprobado sus descubrimientos, y posteriormente formó la Rife Ray Beam Tube Corporation, para construir modelos para hospitales y clínicas.

Pero con la muerte de uno de sus principales partidarios, Rife se encontró bajo el repentino y prolongado ataque de la Asociación Médica Americana, que prohibió el uso de su rayo para tratar a los pacientes. Al cabo de un año, el sueño había terminado y Rife era un hombre roto. A día de hoy sigue sin estar claro por qué la AMA se puso en contra de Rife, siendo una conclusión obvia, aunque paranoica, una conspiración farmacéutica.

Rife murió en 1971, pero sigue siendo uno de los héroes del underground científico marginal, y los planos de sus microscopios y rayos de haz son muy apreciados. El año pasado, un grupo inglés afirmó haber encontrado un rayo de 1939 amurallado en la consulta de un médico y, aunque no hace ninguna afirmación médica sobre el dispositivo, pretende reproducir los experimentos de Rife.

Mientras tanto, los científicos convencionales están reexaminando los vínculos entre ciertos virus y los cánceres. El virus del papiloma, por ejemplo, es conocido por causar cáncer de cuello de útero, mientras que el cáncer de mama se ha relacionado con un virus similar al VIH. Si el equipo del Reino Unido consigue poner en funcionamiento el dispositivo de Rife, es posible que veamos un rayo en cada hogar y que Royal Rife obtenga el lugar en la historia que creía merecer.

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