La enfermedad leptomeníngea se produce cuando las células cancerosas migran desde la mama, el pulmón o alguna otra parte del cuerpo hasta el líquido cefalorraquídeo (LCR). Este líquido hace circular nutrientes y sustancias químicas hacia el cerebro y la médula espinal. Una vez que las células cancerosas están en el LCR, se instalan en un punto del cerebro y/o la médula espinal y crecen. Llamamos a esta afección meningitis neoplásica, meningitis carcinomatosa, meningitis linfomatosa y meningitis leucémica.
Una combinación de cirugía, radiación y tratamiento de quimioterapia mejora el pronóstico de la enfermedad leptomeníngea. Algunos tipos de tumores son especialmente sensibles a la quimioterapia inyectada directamente en el líquido cefalorraquídeo, ya sea por punción lumbar («spinal tap») o a través de un dispositivo implantado quirúrgicamente llamado Ommaya. Otros tipos de tumores, como los cánceres de pulmón en mujeres asiáticas no fumadoras, responden notablemente bien a las quimioterapias orales.
El cuerpo produce LCR continuamente dentro de unas cavidades cerebrales llamadas ventrículos. Se fabrica a partir de la sangre y viaja desde el centro del cerebro hasta la parte posterior del mismo, bajando por la médula espinal y volviendo a subir por ella. Desde allí, el líquido pasa por la superficie del cerebro, donde vuelve al torrente sanguíneo. El cuerpo sustituye completamente el LCR varias veces al día. Si las células tumorales entran en el LCR y sobreviven, pueden viajar por todo el sistema nervioso central, causando problemas neurológicos. Los problemas más comunes son dolores de cabeza, náuseas, vómitos, visión doble, debilidad, pérdida del control de la orina y dificultad para caminar, pero la enfermedad leptomeníngea puede causar casi cualquier problema neurológico, dependiendo de dónde aterricen las células cancerosas.
Estamos viendo cada vez más enfermedad leptomeníngea, en parte porque los pacientes con cáncer viven más tiempo y en parte porque muchas quimioterapias no pueden alcanzar concentraciones suficientes en el líquido cefalorraquídeo para matar las células tumorales. Puede ser difícil detectar la enfermedad leptomeníngea porque la resonancia magnética no siempre puede detectar el problema.
¿Qué es un Ommaya?
Un reservorio Ommaya también se conoce como dispositivo de acceso ventricular. Implantamos quirúrgicamente este dispositivo bajo su piel, donde se conecta a un tubo fino de plástico que pasa a los ventrículos llenos de líquido en la profundidad del cerebro, donde el cuerpo produce el LCR. El dispositivo nos permite acceder fácil y repetidamente a su líquido cefalorraquídeo sin tener que hacer una punción lumbar («spinal tap»), tanto para administrar la medicación como para comprobar la presencia de células tumorales. La mayoría de los neurooncólogos creen que la instilación de quimioterapia directamente en los ventrículos es superior a la inyección a través de una punción lumbar, ya que es más fácil, menos dolorosa y suministra el fármaco de forma más rápida y precisa a todo el sistema.