Hay 80 especies de cándida; seis son conocidas por causar enfermedades infecciosas. Candida albicans tiene múltiples antígenos y, por lo tanto, tiene el potencial de causar alergias. Hay dos antígenos de la pared celular (manano y glucano) y 77 antígenos citoplasmáticos. Cada cepa de cándida tiene entre 30-35 de estos antígenos.
La cándida albicans es normalmente una levadura viva e inofensiva que se encuentra en la mayoría de las personas. Crece en las membranas mucosas de los senos paranasales, la garganta, el intestino y las zonas vaginales. Puede tener un potencial alergénico, causando muchos síntomas en los pacientes alérgicos. Las reacciones alérgicas a la cándida ocurren con mayor frecuencia cuando se cumplen dos criterios:
- Una persona crece una gran cantidad de cándida durante un período de tiempo
- Una persona desarrolla sensibilidad a la cándida
- Infecciones recurrentes por hongos (vaginitis)
- Lengua blanca y recubierta
- Exceso de gases intestinales e hinchazón
- Aumento de los antojos de azúcar
- Fatiga progresiva
- Disfunción cognitiva («niebla cerebral»)
- Dolores
- Problemas intestinales
- Aumento de la sensibilidad a los alimentos y al moho
El aumento del crecimiento de la cándida suele ocurrir por el uso repetido de antibióticos, el consumo de una dieta alta en carbohidratos refinados y el uso de altas dosis de esteroides.
Los síntomas de grandes cantidades de crecimiento de cándida incluyen:
La evidencia de una mayor sensibilidad a la cándida incluye síntomas que pueden incluir:
Los análisis de piel y de sangre pueden identificar si existe una alergia a la cándida.
Muchos pacientes han descubierto que el tratamiento con gotas antialérgicas para reducir la sensibilidad a los alérgenos, así como los cambios en la dieta, pueden reducir eficazmente la cándida en el sistema. En algunos casos, se utilizan medicamentos como el fluconazol para mejorar los síntomas más rápidamente.