La vitamina A es importante para la salud visual, la función inmunitaria y el crecimiento y desarrollo del feto. La carencia de vitamina A es un problema de salud pública en muchas partes del mundo, especialmente en África y el sudeste asiático. Puede causar problemas visuales en forma de ceguera nocturna y, en los niños, puede aumentar el riesgo de enfermedad y muerte por infecciones infantiles, como el sarampión y las que causan diarrea.

La fortificación es la práctica de aumentar deliberadamente el contenido de un micronutriente esencial, es decir vitaminas y minerales (incluidos los oligoelementos) en un alimento, con el fin de mejorar la calidad nutricional del suministro de alimentos y proporcionar un beneficio para la salud pública con un riesgo mínimo para la salud.

El enriquecimiento de los alimentos básicos con vitamina A puede ser una intervención rentable para reducir la deficiencia de vitamina A, especialmente en entornos en los que no es posible mejorar la calidad de la dieta mediante la variedad de alimentos. Alimentos como los aceites y grasas comestibles, los granos de cereales, los condimentos, el azúcar refinado y la leche han sido enriquecidos con vitamina A con éxito y los estudios han demostrado que el consumo de alimentos enriquecidos con vitamina A puede mejorar el estado de la vitamina A.

La investigación actual tiene como objetivo seguir evaluando los beneficios y perjuicios de la fortificación de los alimentos básicos sobre el estado de la vitamina A y los resultados relacionados con la salud en la población general.

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