El Dr. de Jong dice que la mayoría de los problemas bucales graves que ha presenciado en los caninos se han dado entre las razas más pequeñas. «No veo muchos pastores alemanes o Golden retrievers con mala salud dental, pero los teckel, los yorkshire terrier y otras razas pequeñas tienen muchas más enfermedades bucales en general», dice el veterinario. Lo atribuye en parte a generaciones de cría de genética poco óptima, así como a la tendencia de los propietarios a tratar a las mascotas de razas pequeñas con «mucha comida para personas y alimentos blandos que no son tan eficaces para prevenir la mala salud dental como los alimentos secos», dice.
Aumento del riesgo de enfermedad
Más a menudo, el mal aliento de un perro proviene de la enfermedad periodontal, la caries dental o la falta continua de cuidado dental, dice. La acumulación de placa, los dientes sueltos o rotos o las caries son otras causas del mal aliento. Además, masticar algo muy duro, como una cornamenta, puede provocar la rotura de los dientes o desgarros en la cavidad bucal que podrían dar lugar a una infección localizada.
«Junto con un olor ofensivo, esa laceración puede ir acompañada de sangrado de la boca, signos de dolor, babeo excesivo o manoteo en el lateral de la cara», dice el Dr. de Jong. Éstos pueden tratarse con un par de visitas al veterinario, que hará una limpieza a fondo y aconsejará sobre las extracciones o medicamentos necesarios.
La prevención es el truco
Un perro debe someterse a un examen físico completo, que incluya una limpieza dental a fondo, si suele tener la boca maloliente, al menos una vez al año. Preste atención a cómo huele el aliento de su perro después de una limpieza veterinaria para encontrar una buena línea de base para saber cómo debería oler siempre.
Si su perro tiene un certificado de buena salud, mantenga la limpieza bucal mediante un cepillado regular, dice el Dr. de Jong. Aconseja a los dueños de perros que utilicen un cepillo de dientes para humanos, pero pastas dentífricas específicas para perros con sabor a carne de ave u otras golosinas que les gusten. «Hay que darles primero la pasta de dientes como si fuera una golosina; así, cuando la pongas en el cepillo, la disfrutarán», dice el Dr. de Jong. También recomienda utilizar un cepillo de goma para llegar hasta los dientes posteriores. Dos minutos de cepillado cada dos días pueden ser suficientes, dice, para eliminar la mayoría de las bacterias, la placa y el sarro.
Aunque hay muchos juguetes para masticar que dicen ayudar a la salud dental, el Dr. de Jong dice que hay que tener cuidado con los que son demasiado duros, como las astas o las pezuñas de vaca. También aleja a los pacientes de los productos más esotéricos del mercado.
El Dr. de Jong dice que no hay una panacea para prevenir el mal aliento de un perro, por lo que acudir al veterinario con regularidad es primordial. «Tuve una pareja que dejó que su perro pasara años sin una limpieza, y tuvimos que poner al perro bajo anestesia general para evaluar sus problemas», recuerda el Dr. de Jong. Al final de la intervención, había extraído 12 dientes. «Hice un seguimiento a la semana siguiente y me dijeron que, por primera vez en años, el perro podía dormir entre ellos y no se estaban muriendo por su aliento.»
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