Tú tienes labios, yo tengo labios. Puede que quiera besarte, pero primero usemos los labios para hablar de ello. Al hacer talleres de formación en consentimiento, descubrimos lo común que es que las personas se sientan incómodas practicando el consentimiento en sus vidas. El consentimiento es un músculo y, como todos los demás, para que funcione necesita práctica.
Un gran reto al que se enfrenta la gente cuando empieza a pedir consentimiento es encontrar el equilibrio entre dar espacio a la otra persona para que diga que no, y a la vez mantener la sensualidad de la situación.
En la práctica, sin embargo, la emoción de pedir consentimiento es divertida y creativa. Te acuerdas de tus primeros besos? ¿Las mariposas? La incertidumbre, la vacilación y la incomodidad son señales de que se está practicando el consentimiento. Estás vivo ante la posibilidad de que alguien diga «no».
Seamos claros: no a todo el mundo le gusta besar y no toda la gente tiene relaciones y eso es genial.
Para aquellos que estén interesados en besar*:
*Tenga en cuenta que invitar a besar de cualquiera de estas maneras requiere un contexto apropiado (más sobre esto más adelante)
- «¿Estaría bien si te beso en los labios?»
- «¿Te gustaría que me inclinara más cerca y pusiera mis labios en tu cuello?»
- «¿Estarías dispuesto a besarme ahora mismo?»
- «Bienvenido a kissville, población nosotros?»
- Nuestro favorito: «¿Puedo besarte?»
- «¿Puedes besarme?»
- «¿Puedes besarme suavemente?»
- «Me encantaría besarte ahora mismo, si te apetece. ¿Te apetece?»
- «¿Cómo de cómodo te sentirías besando ahora mismo?»
- Prueba esto: Inclínate hacia alguien y ofrécele tu mejilla. Dale un contacto visual mientras le das un golpecito en la mejilla.
- Si tu pareja responde a eso, prueba a darle un golpecito en otras partes de la cara o del cuerpo.
- Escribe tu petición en un papel y pásalo en una nota.
- «No.»
- «No.»
- «No.»
- «Ahora no, pero consúltame más tarde.»
- «No, gracias»
- «Ahora no.»
- «Aquí no, ¿quizás en algún lugar privado?»
- «No me interesa.»
- «No, estoy enfermo»
Parte de practicar el consentimiento es sentirse cómodo diciendo y recibiendo un «no» como respuesta.
Esto también puede ser un reto para que la gente se acostumbre. Aquí hay algunas formas de practicar: