Un contrato de consignación es un acuerdo hecho entre un consignatario y un consignador. El consignatario se compromete a almacenar, transferir o vender un artículo determinado que pertenece al consignador. El consignatario es un agente que trabaja para vender bienes a un tercero en nombre del consignador. El típico contrato de consignación incluirá algún tipo de tarifa de venta o servicio que se paga al consignatario mientras que el resto de los beneficios irá a la parte original.

Un contrato de consignación debe tener un formato similar al de cualquier contrato legal. El contrato debe incluir la información de ambas partes, incluyendo la información de contacto. También debe incluirse información específica sobre la mercancía, como el lugar donde se almacenará la mercancía, el precio de venta, qué hacer con la mercancía no vendida y cuál es la tarifa del consignatario por cada artículo. Cualquier otro detalle sobre la venta en consignación y los deseos del consignatario debe incluirse dentro del contrato.

El contrato de consignación sirve para proteger a ambas partes a lo largo de las transacciones, que pueden ser continuas. Un buen contrato de consignación también cubrirá lo que hay que hacer si algo va mal, como un plan de resolución de conflictos y la legislación aplicable. El contrato debe contener información sobre la cobertura del seguro y sobre qué parte asume el riesgo de pérdida.

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