Los primeros CFC fueron sintetizados por Frédéric Swarts en la década de 1890. A finales de la década de 1920, Charles Franklin Kettering formó un equipo de investigación en General Motors para encontrar un sustituto de los peligrosos refrigerantes que se utilizaban entonces, como el amoníaco. El equipo estaba dirigido por Thomas Midgley, Jr. En 1928, mejoraron la síntesis de los CFC y demostraron su utilidad para tal fin y su estabilidad y no toxicidad. Kettering patentó un aparato de refrigeración para utilizar el gas; éste fue expedido a Frigidaire, una filial propiedad de General Motors.
En 1930, General Motors y DuPont formaron Kinetic Chemicals para producir freón. Su producto era el diclorodifluorometano y ahora se denomina «Freon-12», «R-12» o «CFC-12». El número que sigue a la R es un número de clase de refrigerante desarrollado por DuPont para identificar sistemáticamente los hidrocarburos halogenados simples, así como otros refrigerantes además de los halocarbonos.
La mayoría de los usos de los CFC están ahora prohibidos o severamente restringidos por el Protocolo de Montreal de agosto de 1987, ya que se ha demostrado que son responsables del agotamiento del ozono. En cambio, las marcas de freón que contienen hidrofluorocarbonos (HFC) han sustituido muchos usos, pero también están bajo estricto control en virtud del Protocolo de Kioto, ya que se consideran gases de «superefecto invernadero».