La geología en el Gran Cañón atrae la atención del mundo por muchas razones, pero quizás su mayor importancia radica en el registro geológico que se conserva y expone aquí. Las rocas del Gran Cañón no son intrínsecamente únicas. Hay rocas similares en todo el mundo. Lo que es único en el registro geológico del Gran Cañón es la variedad de rocas presentes, la claridad con la que están expuestas y la compleja historia geológica que cuentan.

Geología en el Gran Cañón

Las capas de rocas geológicas del Gran Cañón
Geología en el Gran Cañón: Las capas de roca

En el Gran Cañón existen dos historias geológicas distintas. La historia más antigua es la que se revela en la gruesa secuencia de rocas expuestas en las paredes del cañón. Estas rocas proporcionan un notable registro de la Era Paleozoica (hace 550-250 millones de años). En el fondo del cañón también se encuentran restos dispersos de rocas precámbricas de hasta 2000 millones de años. La historia que cuentan estas rocas es mucho más antigua que el propio cañón. Las rocas mesozoicas y cenozoicas (de 250 millones de años hasta el presente) han desaparecido en gran parte del Gran Cañón. Se han desgastado o nunca se depositaron.

La segunda historia geológica del Gran Cañón se refiere al origen del propio cañón: ¿cuándo y cómo se formó? Por un lado, la respuesta es sencilla: El Gran Cañón es un elemento erosivo que debe su existencia al río Colorado. De igual importancia son las fuerzas de erosión que han dado y siguen dando forma al cañón en la actualidad. Entre ellas se encuentran el agua de lluvia, el deshielo y los arroyos afluentes que entran en el cañón a lo largo de toda su extensión. El clima del Gran Cañón se clasifica como semiárido. El South Rim recibe 15 pulgadas/38 cm de precipitaciones al año. El fondo del cañón recibe 20 cm. La lluvia llega repentinamente en violentas tormentas, sobre todo a finales del verano de cada año. Por lo tanto, el poder de la erosión es más evidente aquí que en otros lugares que reciben más lluvia.

El Gran Cañón debe su forma distintiva a las diferentes capas de roca de las paredes del cañón. Cada una de ellas responde a la erosión de manera diferente: algunas forman laderas, otras acantilados, algunas se erosionan más rápidamente que otras. Los vivos colores de muchas de estas capas se deben principalmente a pequeñas cantidades de diversos minerales. La mayoría contiene hierro, que confiere a las paredes del cañón sutiles matices de rojo, amarillo y verde. El clima desempeña un papel importante en el aspecto del cañón. Si hubiera una mayor cantidad de precipitaciones en el Gran Cañón, las plantas y los árboles que crecen aquí serían muy diferentes. Las paredes del cañón podrían estar cubiertas de una exuberante vegetación, en lugar de los cactus y arbustos que crecen en la actualidad.

¿Cuántos años tiene el propio cañón? La historia temprana y la evolución del río Colorado (del que el Gran Cañón es sólo una parte) es el aspecto más complejo de la geología del Gran Cañón. Sabemos que la erosión que ha dado forma al cañón sólo se ha producido en los últimos cinco o seis millones de años. Esto es sólo ayer, teniendo en cuenta la edad de las rocas a través de las cuales el río ha esculpido.

El Gran Cañón sigue creciendo y cambiando. Mientras la lluvia y la nieve sigan cayendo en el norte de Arizona, las fuerzas de la erosión seguirán dando forma al Gran Cañón.

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