Esta es una receta saludable que lleva germinados de judías, que son ricos en proteínas, calcio, fósforo y hierro.

Las judías mungo son pequeñas judías verdes secas con pulpa amarilla. Como todas las alubias, son ricas en proteínas, calcio, fósforo y hierro, pero se cultivan principalmente para su germinación. Los brotes de judías mungo son desde hace mucho tiempo un ingrediente familiar en muchos platos asiáticos. La medicina tradicional china sostiene que las judías mungo tienen un efecto de «limpieza de calor y resolución de toxinas» que alivia afecciones como la diarrea y la hinchazón dolorosa. Si le atrae la idea de cultivar sus propias hortalizas, puede empezar por germinar judías mungo. Basta con poner las judías en remojo toda la noche y luego mantenerlas en un recipiente cálido y oscuro, regándolas de vez en cuando hasta que broten. Los delicados brotes deben ser de color blanco plateado con pequeñas hojas amarillas, y tienen un discreto sabor a nuez. Tanto si los cultivas tú mismo como si los compras en un mercado, utiliza siempre brotes crujientes, de aspecto casi seco; los brotes húmedos y de color marrón están pasados. Se conservan hasta tres días en el frigorífico.

Los alimentos como medicina

El germinado de judías mungo aumenta su contenido en las siguientes vitaminas B de forma espectacular: B1, 285 por ciento; B2 hasta 515 por ciento, y B3 hasta 256 por ciento.

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