Sus preguntas sobre el glaucoma tienen respuesta: Para ver los 8 vídeos de esta serie, haga clic en el icono de la parte superior izquierda de la pantalla de vídeo.
¿Qué es el glaucoma?
El glaucoma es un grupo de enfermedades oculares que causan daños en el nervio óptico. El nervio óptico transporta las imágenes desde la retina, que es el tejido especializado en detectar la luz, hasta el cerebro para que podamos ver. En el glaucoma, la presión ocular contribuye a dañar las delicadas fibras nerviosas del nervio óptico. Cuando se daña un número importante de fibras nerviosas, se producen puntos ciegos en el campo de visión. Una vez que se produce el daño al nervio y la pérdida de visión, ésta es permanente. La mayoría de las personas no notan estas zonas ciegas hasta que ya se ha producido gran parte del daño del nervio óptico. Si se destruye todo el nervio, se produce la ceguera. El glaucoma es una de las principales causas de ceguera en el mundo, especialmente en las personas mayores. La detección y el tratamiento tempranos por parte de su oftalmólogo son las claves para prevenir el daño del nervio óptico y la pérdida de visión por glaucoma.
¿Qué causa el glaucoma?
Las causas exactas del daño del nervio óptico por glaucoma no se conocen del todo, pero implican la compresión mecánica y/o la disminución del flujo sanguíneo del nervio óptico. Aunque la presión ocular alta a veces conduce al glaucoma, muchas personas también pueden desarrollar glaucoma con una presión ocular «normal».
¿Cuáles son los diferentes tipos de glaucoma?
- Glaucoma de ángulo abierto
El glaucoma de ángulo abierto crónico es la forma más común de glaucoma. El ángulo de drenaje «abierto» del ojo puede obstruirse y provocar un aumento gradual de la presión ocular. Si este aumento de la presión provoca daños en el nervio óptico, se conoce como glaucoma crónico de ángulo abierto. El daño al nervio óptico y la pérdida de visión suelen producirse de forma tan gradual e indolora que no se percibe el problema hasta que el nervio óptico está muy dañado. - Glucoma de ángulo cerrado
El glaucoma de ángulo cerrado se produce cuando el ángulo de drenaje del ojo se estrecha y se bloquea por completo. En el ojo, el iris puede cerrar el ángulo de drenaje y provocar una presión ocular peligrosamente alta. Cuando el ángulo de drenaje del ojo se bloquea por completo de forma repentina, la presión aumenta rápidamente, lo que se denomina glaucoma agudo de ángulo cerrado. Los síntomas incluyen dolor ocular intenso, visión borrosa, dolor de cabeza, halos de arco iris alrededor de las luces, náuseas y vómitos. A menos que un oftalmólogo trate rápidamente el glaucoma de ángulo cerrado, puede producirse ceguera. Cuando el ángulo de drenaje del ojo se obstruye por completo de forma gradual, la presión se va acumulando poco a poco, lo que se denomina glaucoma de ángulo cerrado crónico. Esta forma de glaucoma se da con más frecuencia en personas de ascendencia africana y asiática, y en ciertas afecciones oculares. - El síndrome de exfoliación es una forma común de glaucoma de ángulo abierto que se produce cuando hay una acumulación de material anormal y blanquecino en el cristalino y el ángulo de drenaje del ojo. Este material y el pigmento de la parte posterior del iris pueden obstruir el sistema de drenaje del ojo, provocando un aumento de la presión ocular. Esta forma de glaucoma responde bien al tratamiento con láser.
- El glaucoma pigmentario es una enfermedad que suele afectar a varones jóvenes, miopes y de raza blanca. Esta afección se caracteriza porque el iris se inclina hacia atrás y entra en contacto con las estructuras de soporte que mantienen el cristalino en su sitio. Esta posición altera las células que recubren la superficie posterior del iris y que contienen pigmento, y da lugar a la liberación de partículas de pigmento en el sistema de drenaje del ojo. Este pigmento puede obstruir el drenaje y provocar un aumento de la presión ocular. Esta forma de glaucoma responde bien al tratamiento con láser.
- Problemas inusuales para adaptarse a las habitaciones oscuras
- Dificultad para enfocar objetos cercanos o lejanos
- Parpadeos o bizcochos debido a una sensibilidad inusual a la luz o al deslumbramiento
- Cambio de color del iris
- Barreras rojas, párpados incrustados o hinchados
- Dolor recurrente en o alrededor de los ojos
- Visión doble
- Mancha oscura en el centro de la visión
- Las líneas y los bordes aparecen distorsionados u ondulados
- Lagrimación excesiva u «ojos llorosos»
- Ojos secos con picor o ardor; y
- Ver manchas, imágenes parecidas a fantasmas
- Pérdida repentina de la visión en un ojo
- Visión brumosa o borrosa repentina
- Destellos de luz o manchas negras
- Halos o arco iris alrededor de la luz
- la edad
- la presión ocular elevada
- la ascendencia africana
- la córnea fina
- los antecedentes familiares de glaucoma
- la miopía
- las lesiones pasadas en los ojos
- uso de esteroides
- historia de anemia grave o shock
- Buscar un médico
- Buscar una ubicación
- Llamar al 734-763-5874
- .
Otros tipos de glaucoma
No todos los tipos de glaucoma se caracterizan por la presión ocular. En el glaucoma de tensión normal o de baja tensión, el nervio óptico sufre daños con la consiguiente pérdida de campo visual aunque se mantengan presiones oculares normales. Los ojos afectados por esta enfermedad son mucho más susceptibles de sufrir daños en el nervio óptico con cualquier aumento de la presión intraocular en comparación con otros ojos.
Otros tipos de glaucoma pueden estar causados por lesiones en el ojo, tumores y otras enfermedades oculares. Un tipo raro de glaucoma puede incluso estar presente en los niños al nacer.
¿Cuáles son los signos de advertencia?
Desgraciadamente, la mayoría de los casos de glaucoma no se presentan con síntomas fácilmente perceptibles que adviertan del daño irreversible que se está produciendo en el nervio óptico. Sin embargo, la presencia de los siguientes signos de advertencia, indica que necesita un examen exhaustivo por parte de un oftalmólogo:
Los siguientes pueden ser indicios de problemas potencialmente graves que podrían requerir atención médica de urgencia:
Los síntomas enumerados anteriormente pueden no significar necesariamente que tenga glaucoma. Sin embargo, si experimenta uno o más de estos síntomas, póngase en contacto con su oftalmólogo para que le haga un examen completo.
¿Cómo se detecta el glaucoma?
Las revisiones oculares periódicas por parte de su oftalmólogo son la mejor manera de detectar el glaucoma. Su oftalmólogo le medirá la presión ocular (tonometría); inspeccionará el ángulo de drenaje de su ojo (gonioscopia); evaluará su nervio óptico (oftalmoscopia); y examinará el campo visual de cada ojo (perimetría). La evaluación del nervio óptico y las pruebas del campo visual se realizan a intervalos regulares para controlar los efectos del glaucoma. La información de estas pruebas proporciona una indicación de la eficacia del tratamiento que se está utilizando y de si pueden ser necesarios otros tratamientos. No todas estas pruebas son necesarias para todas las personas, ni en todas las visitas. El objetivo es determinar si el daño del glaucoma ha progresado con el tiempo.
¿Quién tiene riesgo de padecer glaucoma?
La presión ocular elevada por sí sola no significa que usted tenga glaucoma, pero es un factor de riesgo importante que su oftalmólogo utilizará para determinar su riesgo de desarrollar la enfermedad.
Los factores de riesgo más importantes incluyen:
Su oftalmólogo sopesará todos estos factores antes de decidir si necesita tratamiento para el glaucoma o si debe ser vigilado regularmente como sospechoso de glaucoma para detectar los primeros signos de daño en el nervio óptico.
Tratamiento
El tratamiento del glaucoma depende de la naturaleza y la gravedad de cada caso. En general, el glaucoma no se puede curar, pero se puede controlar. Se utilizan gotas para los ojos, píldoras, procedimientos con láser y operaciones quirúrgicas para prevenir o ralentizar la aparición de más daños. Con cualquier tipo de glaucoma, es muy importante realizar exámenes oculares periódicos para detectar la progresión y prevenir la pérdida de visión. Dado que el glaucoma puede empeorar sin que usted se dé cuenta, es probable que su tratamiento deba modificarse con el tiempo para lograr una «presión ocular objetivo» más baja.
Medicamentos
El glaucoma suele tratarse con gotas oculares que se toman regularmente varias veces al día, a veces en combinación con pastillas. Estos medicamentos alteran la circulación del líquido ocular y reducen la presión ocular, ya sea disminuyendo la producción de líquido dentro del ojo o aumentando el flujo que sale del ángulo de drenaje. Es importante que informe a todos sus médicos sobre los medicamentos oculares que está utilizando, ya que los medicamentos para el glaucoma pueden tener efectos secundarios. Debe informar inmediatamente a su oftalmólogo si cree que puede tener efectos secundarios. Los efectos secundarios de algunos colirios pueden ser sensación de picor, ojos rojos, visión borrosa, dolores de cabeza o cambios en el pulso, los latidos del corazón o la respiración. Los efectos secundarios de las pastillas pueden incluir hormigueo en los dedos de las manos y los pies, somnolencia, pérdida de apetito, irregularidades intestinales, cálculos renales, anemia o trastornos hemorrágicos.
Cirugía láser
La cirugía láser también es eficaz para el tratamiento del glaucoma. La trabeculoplastia es un tratamiento con láser para mejorar la función de drenaje del ojo para controlar la presión ocular dentro del ojo al tratar el glaucoma de ángulo abierto. La iridotomía es un tratamiento con láser para crear pequeños orificios en el iris para mejorar el flujo del líquido ocular hacia el drenaje cuando se trata de glaucoma de ángulo estrecho.
Cirugía operativa
Cuando se necesita una cirugía operativa para tratar el glaucoma, su oftalmólogo utilizará un microscopio e instrumentos especializados para crear un nuevo canal de drenaje de derivación para que el líquido ocular salga del ojo. El nuevo canal ayuda a reducir la presión ocular. La cirugía se recomendará sólo si su oftalmólogo considera que el beneficio de una presión ocular más baja lograda con una operación supera las posibles complicaciones y/o la progresión adicional del daño del nervio óptico.