Las personas de los tipos INFJ y ENFJ de Myers-Briggs suelen ser amigos y parejas compatibles. Tiene sentido cuando se observan sus rasgos comunes: intuición, sentimiento y juicio. Los dos tipos sólo se diferencian en sus tendencias hacia la introversión y la extraversión, y eso no es del todo malo. El INFJ introvertido probablemente animará al ENFJ a pasar tiempo juntos para que puedan disfrutar de la compañía del otro en privado. El ENFJ, a su vez, promueve la participación en actividades sociales y eventos de grupo. Esto es bueno para el INFJ, al menos en algunas ocasiones.

Amistad

Al igual que los ENFJ, los INFJ tienen un sexto sentido para las necesidades de los demás. Como amigos, suelen trabajar en proyectos que implican ayudar a la gente. La diferencia entre ambos es que el INFJ no es tan obvio o demostrativo. Las habilidades interpersonales de los ENFJ hacen que los demás quieran unirse a ellos. El INFJ está ahí para respaldar los esfuerzos del ENFJ. Los ENFJ se apresuran a mostrar su gratitud a los amigos y compañeros de trabajo y, en general, son muy queridos. Los INFJ son más reservados. Les cuesta mostrar sus emociones.

Los ENFJ y los INFJ disfrutan de las actividades que requieren trabajo en equipo, especialmente el trabajo de servicio. Los INFJ también lo hacen, pero no son tan entusiastas y verbales hacia el exterior. Mientras que los ENFJ a menudo se ven empujados a ocupar posiciones de liderazgo en el trabajo y en la comunidad, los INFJ están contentos de dejarles el protagonismo. Se conforman con servir a sus amigos ENFJ como consultores y colaboradores.

Tanto los INFJ como los ENFJ tienen personalidades fuertes, irradian autenticidad y rara vez traicionan sus ideales. Ambos son hábiles verbalmente, el INFJ más en la escritura que en el habla. Tienen una elocuencia que ayuda a unir a la gente en una causa común. Disfrutan trabajando juntos.

Romance

Cuando un INFJ y un ENFJ se sienten atraídos el uno por el otro, es todo lo que pueden pensar. Sin embargo, el ENFJ suele ser el que hace las primeras insinuaciones. Los INFJ son cautelosos y temen el rechazo. Los ENFJ llevan regalos a la nueva pareja, escriben correos electrónicos y organizan veladas románticas. Les gusta hablar de la relación. Los INFJ se alegran de escuchar las cosas que a ellos también les gustaría decir pero son demasiado tímidos para expresarlas.

Al ser idealistas, ambos tipos tienden a evitar reconocer los altibajos normales de una relación. Pueden esconder los problemas bajo la alfombra cuando deberían tratarse abiertamente. Resolver los conflictos puede aclarar las cosas. Ambas partes pueden aprender nueva información que les permita interactuar de forma más significativa en el futuro.

Ni el INFJ ni el ENFJ quieren oír nada negativo sobre su pareja por parte de sus amigos. Ambos están seguros de haber tomado la decisión correcta y no quieren que les digan lo contrario.

Si la pareja les engaña o rompe la relación, sufren considerablemente. Se avergüenzan de que las cosas no hayan funcionado y sienten que de alguna manera tienen la culpa. Es probable que la ruptura sea más dolorosa para los INFJ que para los ENFJ, que son más capaces de seguir adelante debido a su naturaleza extrovertida.

Vida familiar

Si un INFJ y un ENFJ deciden construir un hogar juntos, es probable que su vida familiar sea activa y feliz. Por lo general, son parejas y padres considerados. Cuando traen trabajo a casa desde la oficina o tienen tareas personales que necesitan hacer, están dispuestos a dejarlas en suspenso para satisfacer las necesidades de sus parejas e hijos. En consecuencia, a los hijos les puede resultar fácil imponerse a sus padres. Los ENFJ, en particular, deben tener cuidado de no dejar que los miembros de la familia se aprovechen de su naturaleza fácil.

Ambos tipos dedican buena parte de su tiempo libre a la lectura. Animan a sus hijos a disfrutar de los libros, llevándolos a la biblioteca y leyéndoles a menudo a la hora de dormir. Les gusta asistir a eventos educativos en familia. De camino a casa después de ver una película o una obra de teatro, los ENFJ suelen entablar una conversación con los niños sobre el argumento y los personajes. Les gusta animar a sus hijos a observar el mundo con inteligencia. Los INFJ, al ser más introspectivos, disfrutan de los intercambios pero pueden no tener mucho que aportar.

Si surgen problemas familiares, los padres pueden evitar hablar de ellos al principio, debido a su aversión al conflicto. Cuando las cosas se ponen lo suficientemente serias -y la felicidad y la comodidad de los demás están en juego- reunirán a la familia para resolver los problemas. Ambos son buenos para fomentar un ambiente hogareño cooperativo y amable.

Secretos del éxito

Aunque los INFJ y los ENFJ tienen mucho en común, deben darse cuenta de que sus necesidades de privacidad difieren y deben ser respetadas. El INFJ necesita tiempo a solas para leer, trabajar con el ordenador y hacer chapuzas en casa. Algunos INFJ necesitan la libertad de hacer retiros a solas. Por otro lado, el ENFJ es una persona extrovertida que necesita participar en actividades de grupo. El INFJ debe participar con frecuencia para fortalecer su vínculo.

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