Por Ayesh Perera, publicado el 14 de diciembre, 2020

Mensajes para llevar a casa
  • Nuestra inteligencia general, que nos permite aprender y recordar, comprende nuestra inteligencia fluida y nuestra inteligencia cristalizada.
  • La inteligencia fluida implica la comprensión, el razonamiento y la resolución de problemas, mientras que la inteligencia cristalizada implica el recuerdo de los conocimientos almacenados y las experiencias pasadas.
  • La inteligencia fluida y la cristalizada dependen de sistemas cerebrales distintos a pesar de su interrelación en la realización de muchas tareas.
  • Se utilizan diversas herramientas para medir la inteligencia fluida y la cristalizada, y las nuevas investigaciones sugieren que la inteligencia fluida puede mejorarse aunque hasta ahora se suponía que era estática.

Nuestra capacidad para aprender lo nuevo y recordar el pasado se denomina inteligencia general (Cattell, 1963). Es un constructo de las investigaciones psicométricas sobre la inteligencia humana y nuestras capacidades cognitivas.

La inteligencia general encapsula las correlaciones entre varias tareas cognitivas que pueden clasificarse en dos subdivisiones (Cattell, 1971). Estas son la inteligencia fluida y la inteligencia cristalizada.

La teoría de la inteligencia fluida frente a la cristalizada desafía y amplía simultáneamente lo que antes se suponía el constructo único de la inteligencia general.

Origen y desarrollo

La teoría de la inteligencia fluida vs. cristalizada fue postulada por primera vez como una teoría de base psicométrica por el psicólogo Raymond B. Cattell en 1963. Argumentó que la inteligencia fluida y la inteligencia cristalizada son dos categorías de la inteligencia general.

En su libro Intelligence, Its Structure, Growth, and Action (La inteligencia, su estructura, crecimiento y acción), Cattell identificó un componente de la inteligencia general como una cualidad fluida y dirigible a cualquier problema (Cattell, 1987).

Procedió a identificar el otro componente como una parte invertida en las áreas de habilidades cristalizadas. Señaló que este último implica la adquisición de conocimientos y habilidades cristalizadas que pueden ser alteradas individualmente sin afectar a las otras.

Los dos conceptos de inteligencia fluida e inteligencia cristalizada fueron desarrollados con mayor profundidad por el antiguo alumno de Cattell y psicólogo cognitivo John Leonard Horn (Horn & Cattell, 1967).

Inteligencia fluida

La inteligencia fluida es la capacidad de pensar con rapidez y razonar con flexibilidad para resolver nuevos problemas sin depender de la experiencia pasada y el conocimiento acumulado.

La inteligencia fluida nos permite percibir y hacer inferencias sobre las relaciones entre variables, y conceptualizar la información abstracta, lo que ayuda a la resolución de problemas. Está correlacionada con habilidades esenciales como la comprensión y el aprendizaje.

Como señaló Raymond Cattell (1967), es una capacidad para «percibir relaciones independientemente de la práctica o instrucción específica previa relacionada con esas relaciones».

Ejemplos del uso de la inteligencia fluida incluyen la resolución de rompecabezas, la construcción de estrategias para hacer frente a nuevos problemas, ver patrones en los datos estadísticos y participar en el razonamiento filosófico especulativo (Unsworth, Fukuda, Awh & Vogel, 2014).

Horn (1969) señaló que la inteligencia fluida no tiene forma y depende mínimamente de la aculturación y el aprendizaje previo, que incluye tanto la educación formal como la informal.

Además, sostuvo que la inteligencia fluida es capaz de fluir en una miríada de actividades cognitivas diversas. En consecuencia, la capacidad para resolver problemas abstractos y participar en análisis y clasificaciones figurativas, argumentó Horn, depende del nivel de inteligencia fluida de cada uno (Horn, 1968).

Desde hace tiempo se piensa que la inteligencia fluida alcanza su punto máximo durante los últimos años de la década de los 20 antes de comenzar a declinar gradualmente (Cacioppo, Freberg 2012).Es probable que el declive de la inteligencia fluida esté relacionado con el deterioro del funcionamiento neurológico, pero también puede disminuir a medida que se utiliza con menos frecuencia durante la edad avanzada.

Gráfico que muestra la inteligencia fluida y cristalizada a lo largo de la vida

Este declive de la inteligencia fluida se ha atribuido a la atrofia local del cerebro en el cerebelo derecho, a los cambios relacionados con la edad en el cerebro y a la falta de entrenamiento (Cavanaugh & Blanchard-Fields, 2006). Sin embargo, investigaciones recientes desafían las suposiciones anteriores y sugieren que ciertas partes de la inteligencia fluida pueden no alcanzar su punto máximo hasta incluso los 40 años.

Inteligencia cristalizada

La inteligencia cristalizada se refiere a la capacidad de utilizar las habilidades y los conocimientos adquiridos mediante el aprendizaje previo (Horn, 1969). El uso de la inteligencia cristalizada implica el recuerdo de información preexistente así como de habilidades.

Ejemplos del uso de la Inteligencia Cristalizada, por otra parte, incluyen el recuerdo de eventos históricos y fechas, el recuerdo de ubicaciones geográficas, la construcción del propio vocabulario y la recitación de textos poéticos (Horn, 1968).

La Inteligencia Cristalizada es el resultado del conocimiento acumulado, incluyendo el conocimiento de cómo razonar, las habilidades lingüísticas y la comprensión de la tecnología. Este tipo de inteligencia está vinculada a la educación, la experiencia y el bagaje cultural y se mide mediante pruebas de información general.

El uso de la inteligencia cristalizada implica el recuerdo de información preexistente, así como de habilidades. Por ejemplo, saber montar en bicicleta o leer un libro.

Horn (1969) explicó que la inteligencia cristalizada es un «precipitado de la experiencia» que surge de una aplicación previa de la inteligencia fluida.

Cumplir eficazmente las tareas que implican la mecánica del lenguaje (como la construcción de vocabulario) y la información general, depende de la propia Inteligencia Cristalizada.

La Inteligencia Cristalizada aumenta gradualmente y se mantiene estable a lo largo de la edad adulta hasta que comienza a declinar después de los 60 años (Cavanaugh & Blanchard-Fields, 2006). A pesar de la observación de esta tendencia general, la edad en la que la Inteligencia Cristalizada alcanza su punto álgido está aún por determinar (Desjardins, Warnke & Jonas, 2012).

Cómo funcionan juntos los tipos de inteligencia

Si bien la inteligencia fluida y la Inteligencia Cristalizada son distintas, es importante tener en cuenta la multiplicidad de las tareas que implican a ambos componentes. Por ejemplo, al hacer un examen de matemáticas, uno puede depender de su inteligencia fluida para construir una estrategia para responder a las preguntas dadas dentro del tiempo asignado.

Sin embargo, al mismo tiempo, uno podría tener que utilizar su Inteligencia Cristalizada para recordar varios conceptos y teorías matemáticas para proporcionar las respuestas correctas.

Así mismo, un empresario podría tener que utilizar su inteligencia fluida para identificar una nueva oportunidad en el mercado. Sin embargo, la creación de un producto para satisfacer la demanda de los consumidores podría requerir conocimientos anteriores y, por tanto, el uso de su Inteligencia Cristalizada.

A pesar de esta manifiesta interrelación, la Inteligencia Cristalizada no es un tipo de inteligencia fluida que se haya cristalizado con el tiempo (Cherry, 2018). Sin embargo, la inversión de la inteligencia fluida a través del aprendizaje de nueva información produce la Inteligencia Cristalizada.

En otras palabras, los análisis críticos de los problemas a través de la inteligencia fluida crean y transfieren información a la memoria a largo plazo que constituye una parte de la cnteligencia cristalizada.

Mediciones de la inteligencia fluida

  • Pruebas de Woodcock-Johnson de habilidades cognitivas: La Tercera Edición de las Pruebas Woodcock-Johnson de Habilidades Cognitivas comprende la formación de conceptos que implica el pensamiento categórico, y la síntesis de análisis que implica el razonamiento secuencial (Woodcock, McGrew & Mather, 2001).

    La formación de conceptos en este caso requiere la inferencia de reglas subyacentes para resolver rompecabezas presentados en un orden ascendente de dificultad (Schrank, & Flanagan 2003).

    La síntesis de análisis por otro lado, requiere el aprendizaje y la presentación oral de soluciones a rompecabezas lógicos que emulan un sistema matemático. La asociación del aprendizaje procedimental con la memoria muscular puede convertir ciertas acciones en una segunda naturaleza (Bullemer, Nissen, & Willingham, 1989).

  • Matrices Progresivas de Raven: Las Matrices Progresivas de Raven evalúan la capacidad de discernir relaciones entre diversas representaciones mentales (Raven, Raven & Court 2003).

    Se trata de una prueba no verbal de opción múltiple que requiere la realización de varios dibujos basados en la capacidad de los examinados para advertir rasgos pertinentes a partir de la posición espacial de varios objetos (Ferrer, O’Hare & Bunge 2009).

  • Escalas de Inteligencia Wechsler para Niños: La Escala de Inteligencia de Wechsler para Niños, Cuarta Edición se basa exclusivamente en estímulos visuales, y es una prueba no verbal que consiste en una prueba de razonamiento matricial y una evaluación de conceptos de imagen (Wechsler, 2003).

    La tarea de concepto de imagen evalúa la capacidad del niño para discernir los rasgos subyacentes que rigen un conjunto de materiales, mientras que la prueba de razonamiento matricial evalúa la capacidad del niño para comenzar con los rasgos/reglas de gobierno establecidos para identificar la solución a un problema novedoso (Flanagan, & Kaufman, 2004). La solución aquí es la imagen de un rompecabezas que se ajusta a la regla establecida.

Mediciones de la inteligencia cristalizada

  • El C-Test: El C-Test es una prueba de finalización de textos propuesta inicialmente como prueba de dominio de una lengua extranjera, que proporciona una medida integradora de la inteligencia cristalizada (Baghaei, & Tabatabaee-Yazdi, 2015).

    El constructo subyacente del C-Test se corresponde con las habilidades que sustentan el componente lingüístico de la inteligencia cristalizada.

    Sin embargo, la investigación implica que la cuidadosa selección de textos de dominios de conocimiento relevantes puede permitir que el C-Test mida también el componente de conocimiento factual de la inteligencia cristalizada.

  • La Escala de Inteligencia para Adultos de Wechsler (WAIS): La forma revisada de la Escala de Inteligencia para Adultos de Wechsler que se utiliza desde 1981 comprende cinco subpruebas de rendimiento y seis verbales (Kaufman & Lichtenberger 2006).

    Estas pruebas verbales incluyen comprensión, información, amplitud de dígitos, vocabulario, similitudes y aritmética (Wechsler Adult Intelligence Scale-Revised). La mayoría de estas pruebas verbales se consideran capaces de medir la inteligencia cristalizada.

¿Se puede mejorar la inteligencia fluida?

Debido a que se sabe que la inteligencia cristalizada mejora con el tiempo y se mantiene estable con la edad, se reconoce generalmente que la educación y la experiencia aumentan la inteligencia cristalizada (Cavanaugh & Blanchard-Fields, 2006). Sin embargo, el enfoque de la inteligencia fluida se ha caracterizado por su complejidad.

Hasta hace poco, se sostenía de forma generalizada que la inteligencia fluida es estática, determinada en gran medida por factores genéticos y que, por lo tanto, no podía modificarse. Sin embargo, algunas investigaciones han sugerido que la inteligencia fluida puede mejorarse.

Durante unos experimentos realizados en 2008 por la psicóloga Susanne M. Jaeggi, se sometió a 70 participantes a tareas diarias y a un entrenamiento regular para mejorar su inteligencia fluida (Jaeggi, Buschkuehl, Jonides & Perrig, 2008).

Al final del periodo, se observó un notable aumento de la inteligencia fluida de los participantes. Un estudio realizado de forma similar por Qiu, Wei, Zhao y Lin también apoyó las conclusiones de Jaeggi (Qiu, Wei, Zhao, & Lin, 2009).

Sin embargo, estudios posteriores no han corroborado ni refutado los resultados de Jaeggi.

Acerca del autor

Ayesh Perera se graduó recientemente en la Universidad de Harvard, donde estudió política, ética y religión. En la actualidad realiza investigaciones sobre neurociencia y rendimiento máximo como becario del Centro de Estudios del Comportamiento de Cambridge, al tiempo que trabaja en un libro propio sobre derecho constitucional e interpretación jurídica.

Cómo referenciar este artículo:

Prera, A (2020, Oct 26). Inteligencia fluida vs cristalizada . Sencillamente psicología. https://www.simplypsychology.org/fluid-crystallized-intelligence.html

Referencias de estilo de la APA

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Cómo referenciar este artículo:

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