Ponerse de puntillas: Muchos niños con autismo no pueden flexionar fácilmente sus tobillos más allá de los 90 grados, lo que hace que caminen de puntillas.
Los niños que caminan de puntillas son más propensos a tener autismo que otras formas de retraso en el desarrollo, según un estudio publicado en enero en The Journal of Child Neurology.
Muchos estudios de niños con autismo informan de problemas con la marcha, o la alineación al caminar. De ellos, uno de los más descritos es la marcha persistente de puntillas -durante más de tres meses después de aprender a caminar- y los cordones del talón apretados, que restringen los tobillos a un ángulo de 90 grados.
De 954 niños remitidos a una clínica de pediatría del desarrollo, 115 habían mostrado en algún momento una marcha persistente de puntillas y 75 seguían teniendo los cordones del talón apretados.
Las proporciones son mayores en el subconjunto de niños diagnosticados con un trastorno del espectro autista: de 324 niños con autismo, 65 habían mostrado caminar de puntillas y 39 tenían los cordones del talón apretados.
Los resultados sugieren que los niños que caminan persistentemente de puntillas deberían someterse a pruebas de autismo. Asimismo, los niños con autismo deberían someterse a un examen de la marcha y ser remitidos a fisioterapia cuando sea apropiado.