1. Introducción
El debate sobre la cuestión de la veracidad está en el centro de la ética biomédica contemporánea. Existe una delicada interacción entre la autonomía y la beneficencia que ha hecho que existan algunas diferencias en cuanto a la veracidad entre las culturas, desde el punto de vista de la medicina. La revelación de la verdad en medicina es un ámbito muy amplio y suele abarcar varias cuestiones éticas. Entre ellas, el derecho de los pacientes o sus familias a recibir información sobre su diagnóstico y enfermedad. El nivel de franqueza profesional con los pacientes ha experimentado un cambio significativo en los últimos 30 años. Independientemente de su obligación de revelar la información necesaria para el consentimiento informado, se espera cada vez más que los médicos comuniquen a los pacientes información importante que no está inmediatamente relacionada con las decisiones sobre el tratamiento.
2. La veracidad como virtud
Al principio tenemos que saber qué es la virtud; luego cuál es el significado de la veracidad. Una virtud es un rasgo del propio carácter: una disposición a actuar de una determinada manera en circunstancias relevantes que le harán ser una buena persona . ¿Qué es la veracidad? En el diccionario oxford concise veracidad es la conformidad con los hechos, la exactitud, la veracidad habitual . La observación de Henry Sedgwick en el siglo XIX sigue siendo válida: «No está claramente acordado si la veracidad es una obligación absoluta e independiente, o una aplicación especial de algún principio superior». La valoración posterior de G. J. Warnock fue que la veracidad es un principio y una virtud independiente que se sitúa en el rango de importancia de la beneficencia, la no maleficencia y la justicia, consideramos las obligaciones de veracidad como especificaciones de más de un principio.
3. La veracidad en el ámbito sanitario
Se refiere a la transmisión exhaustiva, precisa y objetiva de la información, así como a la forma en que el profesional fomenta la comprensión de los pacientes o sujetos. En este sentido, la veracidad está estrechamente relacionada con el respeto a la autonomía. El comentario de Bacon de que «el conocimiento es poder, pero la honestidad es autoridad», es particularmente aplicable a los médicos.
4. Historia de la ética de la veracidad
Los códigos médicos históricos abordaban cuestiones como no hacer daño, no quitar la vida, no realizar actos sexuales, no revelar secretos, pero decían poco o nada sobre decir la verdad y evitar la mentira, los códigos de ética médica han ignorado tradicionalmente las obligaciones y virtudes de la veracidad. La ausencia histórica de la exigencia de la verdad en la ética médica tiene mucho que ver con los supuestos morales de las culturas antiguas. En culturas anteriores era un ideal tratar a otras personas como un padre trata a un hijo. El paternalismo era algo virtuoso; lo contrario era tratar al otro como un esclavo. En la cultura griega primitiva, el buen médico o el buen gobernante trataba al paciente o al ciudadano como un hijo o una hija y no como un esclavo. Hacía lo que era mejor para el «hijo», pero sin pedir nunca su consentimiento. El Juramento Hipocrático no recomienda la veracidad ni la Declaración de Ginebra de la Asociación Médica Mundial. Los principios de Ética Médica de la Asociación Médica Americana (AMA), desde sus orígenes hasta 1980, no mencionaban la obligación o la virtud de la veracidad, dando a los médicos una discreción ilimitada sobre lo que debían divulgar a los pacientes. La revisión de 1980 recomendaba que el médico tratara con honestidad a los pacientes y colegas y se esforzara por denunciar a los médicos con deficiencias de carácter o competencia, o que incurrieran en fraude o engaño. Esta primera referencia oficial a la veracidad en los códigos de los médicos sigue siendo muy abstracta y se refiere más a las faltas de honestidad entre los colegas que a la verdad que se dice a los pacientes y la revisión de 2001 indica que los médicos deben «ser honestos en todas las interacciones profesionales». A pesar de este tradicional descuido de la veracidad, las virtudes de la franqueza, la honestidad y la veracidad se encuentran entre los rasgos de carácter de los profesionales de la salud y de los investigadores, que son amplia y merecidamente elogiados.
5. Importancia de la ética de la veracidad en la ética médica
Cuando los médicos se comunican con los pacientes, ser honesto es una forma importante de fomentar la confianza y mostrar respeto por el paciente. Los pacientes depositan una gran confianza en su médico, y pueden sentir que esa confianza se pierde si descubren o perciben falta de honestidad y franqueza por parte del médico.
Hoy en día, los pacientes tienen derecho a conocer su información sanitaria, y los médicos están obligados a proporcionársela. Se espera que los pacientes sean informados de su condición médica independientemente de la gravedad o el pronóstico . Lo importante es la forma en que se debe dar la información a los pacientes. Una buena técnica para decir la verdad podría tener efectos positivos en su pronóstico y calidad de vida, reduciendo la presión emocional y manteniendo su sensación de esperanza. Decir la verdad no significa que los profesionales sanitarios deban simplemente revelar toda la información sin rodeos en una sola sesión. Es muy importante que al compartir la información médica nada quede en la incertidumbre. El médico tiene que ser consciente de la forma en que la verdad afecta a cada paciente y responder de forma empática y atenta . Decirle al paciente la verdad garantiza que se le dé la información correcta y que se tome la decisión correcta para el paciente. Explicar la verdad al paciente es un proceso muy complicado y la experiencia del médico es muy importante, un médico que ha desarrollado habilidades de comunicación y conoce los enfoques para informar puede dar los mensajes deseados que dan la cantidad de información que el paciente quiere y cuando el paciente está preparado . Decir la verdad fomenta la confianza en la profesión médica y se basa en el respeto que se debe a los pacientes como personas. También previene el daño, ya que los pacientes que no están informados sobre su situación pueden no obtener ayuda médica cuando deberían hacerlo . Evidentemente, decir la verdad es una condición necesaria de las prácticas médicas, pero a veces puede ocultarse para evitar otro interés vital que puede ayudar a promover el proceso de curación que la intervención espera conseguir.
6. Justificación de una revelación menos completa
Ocultar información a un paciente no siempre socava la veracidad o viola el principio de verdad. A veces los pacientes solicitan que se les oculte información. A veces se pide a los médicos que tomen decisiones por los pacientes sin comunicarles la información pertinente. Por lo general, respetar estas peticiones no viola ningún principio ético importante: ni la autonomía, ni la verdad, ni la beneficencia. Según Korsch y Harding, «la información que un médico da a un paciente debe atenuarse en función de quién es el paciente y de lo que está dispuesto a escuchar». Además, muchas variables contextuales -el médico, el paciente, la enfermedad, el tiempo, la necesidad de privacidad, las expectativas del paciente, la complejidad de la enfermedad, las implicaciones de la misma y la naturaleza de la interacción- influyen en el intercambio de información. Por lo tanto, el juicio clínico es siempre necesario porque en algunos casos, incluso un paciente reacio e intimidado que solicita no ser informado, necesita saber algunas verdades. El hecho de no saber puede crear un grave peligro para sí mismo o para los demás, y si es así, la petición del paciente de que se le oculte la información no puede respetarse porque viola los principios fundamentales de beneficencia y no maleficencia.
El siguiente caso es un ejemplo: un hombre de 65 años acude a sus médicos con quejas de dolor abdominal que es persistente pero no extremo. Los análisis revelan que tiene un cáncer de páncreas metastásico. El hombre acaba de jubilarse de una ajetreada carrera profesional, y él y su esposa están a punto de salir en un crucero alrededor del mundo que han estado planeando durante más de un año.
¿Debe decirle su diagnóstico?
Discusión del caso
Hay varios factores que tientan a uno a retener el diagnóstico, y estos deben ser reconocidos. Uno sería la preocupación de que el paciente sufra un daño psicológico que interfiera con su viaje previsto. Hay pocas pruebas empíricas de que esto ocurra, y a falta de alguna razón convincente para pensar que ocurriría con este hombre, no es motivo suficiente para retener la información. Por el contrario, una revelación sensible permitiría al paciente y a su esposa decidir si el viaje sigue siendo importante para ellos, en lugar de ver a sus nietos, por ejemplo, y evitaría al paciente el inconveniente de sufrir síntomas avanzados durante el viaje, lo que podría requerir atención de emergencia en un lugar extranjero. Por último, los médicos no deben confundir la incomodidad de dar malas noticias con la justificación de ocultar la verdad. En este caso, se debe informar al hombre de su diagnóstico, su pronóstico y sus opciones de tratamiento.
7. La ética de la veracidad y la influencia cultural
Las culturas que dan más valor a la beneficencia y a la no maleficencia en relación con la autonomía tienen una larga tradición de decisiones sanitarias centradas en la familia. En este proceso de decisión colectiva, los familiares reciben información sobre el diagnóstico y el pronóstico del paciente y toman decisiones sobre el tratamiento, a menudo sin la participación del paciente. Los familiares que actúan como sustitutos de sus seres queridos suelen pedir que se les oculte la verdad, normalmente para evitar lo que se percibe como un posible daño terrible para su ser querido. Los médicos pueden tener que trabajar estrechamente con estos familiares para asegurarse de que sus pacientes estén bien atendidos y se respete su autonomía, al tiempo que reconocen el papel fundamental que los familiares afectuosos desempeñan en el proceso de lograr una atención deseable .
8. Conclusión
Los profesionales de la salud necesitan más concienciación, y formación para aumentar sus habilidades en la ética de la veracidad y también las habilidades de comunicación especialmente en el contexto de dar malas noticias al decir al paciente la verdad sobre el diagnóstico, los resultados del tratamiento y el pronóstico de cualquier enfermedad grave; se ha encontrado que tales habilidades mejoran la relación médico-paciente, la satisfacción con la atención y los resultados de salud del paciente.