La ciudad de Dawson, en Yukón (Canadá), tiene una historia de pueblo minero aurífero, el tipo de lugar en el que la gente se ve obligada a inventar nuevas formas de entretenerse durante las largas y frías noches de invierno.

Según la leyenda local, un tal capitán Dick Stevenson estaba limpiando una vieja cabaña minera en 1973 cuando encontró una sorpresa: un dedo del pie humano momificado flotando en un frasco de alcohol. Las mentes menos inspiradas podrían haber tirado el dedo a la basura, o quizás haber intentado donarlo a un museo. En cambio, Stevenson creó una bebida única: una parte de dedo del pie y una parte de champán.

Como explica Dylan Thuras, de Atlas Obscura, en el vídeo de arriba, la bebida, conocida como cóctel Sourtoe, se convirtió en un éxito en el bar de un hotel local. Miles de valientes lo han probado, y algunos se han llevado a casa el certificado que se otorga a los que siguen la única regla real de la bebida: «Puedes beberlo rápido, puedes beberlo lento, pero los labios tienen que tocar el dedo». Hoy en día se puede probar el cóctel en el Sourdough Saloon del Downtown Hotel de Dawson City, aunque el champán se ha sustituido por un chupito de whisky menos elegante, aunque quizá más apropiado (normalmente).

Los dedos de la bebida tienen la costumbre de desaparecer: la gente se los traga, accidentalmente o no, y los roba. De hecho, han desaparecido tantos dígitos que ahora hay una multa de 2.500 dólares por tragarse el dedo. Se dice que actualmente el bar va por el décimo dedo; afortunadamente, siempre tienen uno de reserva.

Si bien el Sourdough Saloon puede ser el único bar que sirve un cóctel adornado con carne humana, beber alcohol que se ha utilizado para conservar seres humanos u otros animales no es totalmente inaudito. En Gran Bretaña, la frase «tapping the admiral» (beber un poco de una bebida fuerte) hace referencia a una leyenda popular según la cual el cuerpo del almirante Horatio Nelson fue conservado en un barril de brandy o ron tras su muerte en la batalla de Trafalgar. Cuando el cuerpo llegó a Inglaterra, el barril se encontró vacío, porque (se dice) los marineros sedientos habían hecho pequeños agujeros en el barril para aspirar la bebida con una pajita. Creemos que nos quedaremos con el vino.

Imagen del banner vía John Mutford, CC BY-NC-ND 2.0

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