Según la existencia de determinadas proteínas (antígenos) en los glóbulos rojos que corren por nuestras venas, existen cuatro grupos sanguíneos: A, B, AB y O. A su vez, ello se clasifica en base al Rh, que puede ser positivo o negativo, y que se determina en función de la existencia (o no) de un aglutinógeno que se halla en la superficie de los glóbulos rojos. Quedan entonces la clasificación de esta manera:
A+, A-, B+,B-, AB+,AB-, O+.O-.
El receptor universal es el AB+, porque puede recibir sangre de todos los grupos. Y el donante universal es el O negativo, y no el positivo, porque, no presenta ningún antígeno en su membrana y además no tiene el factor Rh, no existe el riesgo de que haya ningún tipo de reacción con ningún grupo sanguíneo.
Con tanta clasificación sanguínea, os imaginaréis lo frustrante que debe de ser disponer de reservas ingentes de sangre inútil frente a un paciente que precisa de una transfusión inmediata. Los errores en los que un individuo recibe una transfusión con un tipo de sangre incompatible continúan ocurriendo, y a menudo conducen a graves e incluso fatales reacciones del paciente.
Sin embargo, hace un par de años, unos investigadores daneses lograron transformar los grupos sanguíneos A, B y AB en el 0, que puede ser donado a cualquier persona, y ahora la sangre es universal como lo es para un vampiro.
Procedentes de la Universidad de Copenhague, estos investigadores han logrado paliar la carencia perpetua de donantes de sangre gracias a este avance que fue descrito en la edición digital de la revista Nature Biotechnology. El aislamiento de nuevas enzimas que permite eliminar las moléculas de azúcar de la superficie de las células que desencadenan la reacción inmune contra las células en los receptores no correspondientes.
Según los autores del trabajo, el siguiente paso para avanzar en esta tecnología será el desarrollo de ensayos clínicos para determinar si la sangre universal producida por este método es segura y eficaz.
Vía | El País