En algunos círculos existe la sensación de que a San Diego le falta una tarjeta de visita reconocible internacionalmente, como en un destino digno de postal -o en la lengua vernácula de hoy, Instagrammable- que grite: «Visítame». La torre cilíndrica con una cintura ceñida que se está promocionando como el reemplazo de alto vuelo a un Seaport Village plano por comparación podría cambiar eso.
Es decir, si California lo permite.
Símbolo asombroso del cambio para la zona de la bahía que conforma el Embarcadero Central del centro, la torre de 500 pies está siendo anunciada por el promotor 1HWY1 como el punto focal arquitectónico de su enorme proyecto de 2,4 mil millones de dólares de Seaport San Diego. Su ubicación, donde termina la bahía y comienza la autopista del Pacífico, la convierte en un lugar geográficamente significativo.
La remodelación completa abarca 70 acres de tierra y agua a lo largo de Harbor Drive y se encuentra actualmente en las etapas iniciales de planificación. Su programa prevé un total de 2.050 habitaciones de hotel repartidas en diferentes propiedades, incluidas 385 habitaciones en la base de la torre. También se propone un acuario de 170.822 pies cuadrados, un centro de eventos de 110.247 pies cuadrados, 261.411 pies cuadrados de espacio comercial y 159.454 de espacio de oficinas reservado para empresas relacionadas con la investigación oceánica.
En junio, 1HWY1 presentó una propuesta formal de proyecto al Puerto de San Diego, que tiene la potestad de conceder permisos sobre los terrenos de la zona. El personal de la agencia está examinando el plan, que ha evolucionado desde la primera oferta exitosa del promotor para reurbanizar el sitio. El personal espera presentar Seaport San Diego a los Comisionados del Puerto para su aprobación preliminar en agosto o septiembre.
La torre es, por diseño, un espectáculo – la versión de San Diego de la Space Needle.
«No se ha hecho nada parecido en el agua en California», dijo Yehudi «Gaf» Gaffen, que dirige la 1HWY1.
Hay una razón para ello. La mayoría de las zonas costeras del estado están sujetas a una restricción de altura de 30 pies gracias a la Ley de Costas de 1976 adoptada por la Legislatura de California. La legislación también dio carácter permanente a la Comisión Costera de California, creada en 1972, como organismo cuasi judicial con la misión de supervisar el desarrollo adyacente al agua y proteger los recursos públicos. Sin embargo, el centro de San Diego está exento de la restricción de altura de la costa, lo que deja al puerto a cargo de los límites de altura para las propiedades al oeste de la autopista del Pacífico y al sur de Harbor Drive.
Eso no significa que el proyecto Seaport San Diego pueda ser ideado, y mucho menos construido, en una burbuja. La Comisión Costera tendrá la última palabra. Cualquier permiso costero emitido por el puerto para el proyecto puede ser rechazado por la agencia de mayor rango si no es coherente con la ley estatal, que está abierta a la interpretación.
Así las cosas, las agencias parecen estar a un océano de distancia sobre lo que debería ocurrir con los terrenos del Embarcadero Central.
El puerto ha creído durante mucho tiempo que el sitio, donde la ciudad se encuentra con el agua y la actividad es bulliciosa, exige una característica de clase mundial.
«Cuando pienso en la torre, me acuerdo de la (solicitud de propuesta) original que se preparó para este desarrollo», dijo Tony Gordon, que es el director de bienes raíces del puerto. «La solicitud de propuestas pedía que se presentaran propuestas que incluyeran características arquitectónicas icónicas»
Gaffen, que dirige la empresa de gestión de la construcción Gafcon, con sede en San Diego, cumplió. Su propuesta de 2016 comenzó con una aguja de amor u odio. Con la ayuda del aclamado estudio de arquitectura internacional Bjarke Ingels Group, se ha transformado en algo igualmente polarizante. BIG, como se conoce a la empresa, tiene un don para los rascacielos llamativos: es el arquitecto que está detrás del diseño de caja apilada del edificio en curso del Two World Trade Center en Manhattan. Aquí han diseñado una atracción de 342.709 pies cuadrados que es en parte hotel y en parte parque temático educativo.
Aunque pasará algún tiempo antes de que la Comisión de Costas se pronuncie formalmente, el personal ya está planteando fuertes reservas sobre la altura y la enormidad de la torre.
«Nos preocupa el volumen y la escala del proyecto en general», dijo la planificadora costera de San Diego, Melody Lasiter.
La cultura de interiores y exteriores de San Diego, así como la topografía de la ciudad frente al mar, han servido de musa para la sensación de la torre, dijo Daniel Sundlin, que es socio de BIG. El edificio, con forma de reloj de arena, es grueso en la base, delgado en el centro y ancho de nuevo en la parte superior. Su redondez pretende reflejar la circulación y el flujo de personas dentro y alrededor de la estructura. Y su diseño, que se centra en una pila de discos giratorios, debería evocar diferentes imágenes a diferentes alturas y puntos de vista, dijo Sundlin.
Así, alguien que esté fuera de la torre en el suelo podría mirar hacia arriba y asociar el edificio con un jardín colgante en cascada, mientras que un espectador en la parte superior podría mirar hacia el horizonte y sentir la sensación de flotar por encima de las nubes.
Aparte de las opciones de venta y comida en la planta baja, la mayor parte de la base de la torre consistiría en habitaciones de hotel para los huéspedes de pago. Sin embargo, el público en general no podrá disfrutar de las vistas del edificio. De hecho, se animará a la gente a recorrer el nivel más alto de la torre, donde una serie de exposiciones aún por determinar ocuparán varias plantas.
«Todo el mundo, rico o pobre, puede subir a lo alto y ver las vistas», dijo Gaffen. «Es una celebración y un reconocimiento de la ubicación, el comienzo de la autopista 1.»
Uno podría subir en un ascensor hasta la cima y luego moverse entre los niveles en forma de espiral, dijo Sundlin. En esas plantas, su empresa está jugando con conceptos aparentemente descabellados a los que se refirió en conjunto como un «laboratorio de aprendizaje en el cielo». Las ideas incluyen una exposición de mariposas, una red suspendida en el aire a la que pueden subirse los clientes, un jardín eólico donde los visitantes podrían experimentar la tecnología sostenible y un auditorio al aire libre para disfrutar de las nubes.
El esquema más extraño implica un acuario vertical que abarcaría toda la longitud de la torre y emularía las diferentes profundidades del océano.
«Es un poco raro», dijo el director general de la Autoridad de Turismo de San Diego, Joe Terzi, sobre el diseño general de la torre. «No lo digo en sentido negativo. Es muy singular»
Terzi, que tiene la tarea de vender San Diego a personas de otras ciudades cercanas y lejanas, habla de la torre como el premio promocional que siempre ha estado fuera de su alcance.
«No somos unos desconocidos, pero no somos tan reconocidos como muchos otros destinos internacionales», dijo.
Su agencia recurre por defecto a la Torre de California del Parque Balboa y al Puente de la Bahía de Coronado para retratar la ciudad a los forasteros. Pero esas imágenes no siempre resuenan en el extranjero.
«Llevamos mucho tiempo buscando la estructura icónica, que si la vieras, reconocieras inmediatamente (San Diego). Francamente, no tenemos esa imagen fuerte», dijo Terzi.
La torre de Gaffen es una imagen poderosa. Pero para algunos puristas de la costa, es probable que las reacciones emocionales no sean las que pretendían el promotor o su famoso arquitecto.
Una torre de 500 pies, en este lugar concreto, es una llamativa afrenta a las normas costeras, dijo Sara Wan, ex comisionada de costas y experta en regulaciones costeras.
«Si empiezas a permitir el desarrollo de rascacielos a lo largo de la costa, destruyes la capacidad del público, en general, de ver la costa», dijo. «Cuando se hace algo como (la torre), se sienta un precedente que puede tener otras consecuencias».
El miedo no se le escapa a Lasiter, que es planificador de la Comisión Costera en la oficina de San Diego de la agencia y que ha sido informado del proyecto. La altura de la torre, la anchura de la base y su ubicación en el paseo marítimo son elementos problemáticos, dijo.
Eso no es todo.
«Nuestra mayor preocupación es que el desarrollo existente en Seaport Village ahora mismo es fácilmente accesible para una amplia gama de ingresos. Hay mucho espacio pasivo y cualquiera puede ir a Seaport Village y pasear. Con la remodelación, puede que no sea así», dijo Lasiter. «Nuestro enfoque es la capacidad del público para recrearse allí a bajo o ningún costo».
En otras palabras, el proyecto es potencialmente demasiado, demasiado cerca del agua, donde el aumento del nivel del mar, los corredores de vista obstruidos y las limitaciones en el acceso público son factores cruciales.
La Comisión de Costas no se pronunciará oficialmente hasta mucho más tarde en el proceso -sólo después de que un informe de impacto ambiental sea completado y aprobado por el puerto-, pero una determinación de que Seaport San Diego es incompatible con la Ley de Costas sería un golpe significativo para los proponentes. Podría paralizar indefinidamente cualquier reforma del Embarcadero Central.
El equipo de 1HWY1 reconoce, pero espera corregir, la desconexión entre su plan y lo que quiere la comisión. ¿Acceso público? Más del 70 por ciento de la superficie de Seaport San Diego está reservada para parques, paseos, plazas y otros servicios públicos, señalan los planificadores del promotor. ¿Y la altura de la torre? El argumento es que democratiza el acceso a unas vistas incomparables de la costa.
«No es ninguna sorpresa que la Comisión de Costas esté preocupada (por la torre). Es una cantidad muy poco común de volumen y masa en la zona costera», dijo Allison Rolfe, un consultor ambiental que está asesorando al equipo de desarrollo sobre la mejor manera de navegar por las aguas turbias de la agencia reguladora del estado, que ella conoce bien. Rolfe es amiga del ex comisionado Wan y anteriormente trabajó para el actual comisionado Steve Padilla.
«Hay una forma de hacer este proyecto de manera que Melody (Lasiter) y otros puedan estar de acuerdo», dijo.
Sin embargo, lo que parece exactamente, nadie puede decirlo. Es demasiado pronto en el proceso, dice Rolfe.
«No descubriremos cómo llegar a un beneficio hasta el final», dijo.
Primero viene la aprobación preliminar del puerto a finales de este año, seguido por el proceso de aproximadamente dos años para completar un análisis de impacto ambiental. Durante ese periodo, debería concluirse la actualización del Plan Maestro del Puerto, que crea el marco de uso del suelo para los principales cambios de Seaport San Diego en los terrenos de la playa.
La idea es que, para cuando los doce miembros con derecho a voto de la Comisión de Costas tomen una posición, cualquier controversia en torno al proyecto ya debería haberse desvanecido.
«(La Comisión de Costas) podría detenerlo», dijo Gaffen. «Si están contentos, entonces (el proyecto) podría salir adelante»