El Universo y todo lo que hay en él se formó a partir de los 4 elementos.

Estos elementos son el Agua, el Aire, la Tierra y el Fuego.

El tejido mismo de la existencia está formado por estos elementos y sí, eso significa que tú también.

Los científicos han confirmado a través de sus investigaciones que, efectivamente, estamos hechos del propio tejido del Universo.

Los bloques de construcción de la vida se forman a partir de unos pocos ingredientes básicos.

Y sí, estos ingredientes están presentes en las estrellas, la composición del Universo y los 4 elementos.

Y es por esta misma razón que los 4 Elementos pueden tener un impacto tan profundo en tu vida.

Cada ser humano tiene una personalidad que se corresponde con uno de los elementos y al descubrir cuál es tu tipo de personalidad estás mejor situado para entender las fortalezas y debilidades de tu personalidad.

En esta página, podrás aprender más sobre tu elemento y quizás entender mejor tu lugar en el mundo.

Para muchos, esto ha sido una gran revelación que tiene un profundo impacto en sus vidas.

La historia de los 4 elementos de la astrología

Nuestro vasto Universo y todo lo que contiene está construido a partir de cuatro bloques fundamentales de la existencia.

La base de todo lo que nos rodea se compone de los 4 elementos – Agua, Aire, Tierra y Fuego.

A lo largo de los siglos, tanto científicos como filósofos han reflexionado sobre la creación del Universo.

Están de acuerdo en que el tejido mismo de nuestra existencia se reduce a los cuatro elementos. El agua, el aire, la tierra y el fuego constituyen los sencillos bloques de construcción que han creado una diversidad tan increíble.

Tú, yo, los animales que nos rodean, los árboles de nuestros bosques y las estrellas de nuestros cielos: todos estamos formados con un equilibrio único de los elementos. Esto es lo que nos hace tan diferentes unos de otros y es la base de toda la astrología.

En los tiempos modernos, nos bombardean con información sobre las teorías y prácticas de la nueva era – puede parecer abrumador. El estudio de los cuatro elementos nos devuelve a los fundamentos y sustenta muchas de las teorías que se han desarrollado desde la antigüedad.

Si miramos atrás en la historia, vemos el tema de los cuatro y del equilibrio en muchas culturas y enseñanzas espirituales. El budismo enseña sobre las cuatro nobles verdades, los indios americanos trabajaron con las cuatro direcciones, el judaísmo habla de los cuatro mundos – de hecho, casi todas las enseñanzas que tienen orígenes paganos utilizan el mismo arquetipo.

El estudio de los 4 elementos en astrología forma un puente desde la antigua sabiduría del pasado hasta nuestro presente. Nos permite utilizar los conocimientos que los ancianos apreciaban para nosotros mismos.

Básicos de los 4 elementos

Como enseña Debra Silverman, tanto en su escuela de astrología como dentro de su libro -El elemento perdido- todo lo que contiene el fascinante estudio de la astrología se apoya en los 4 elementos.

Es mediante la plena comprensión de los elementos que los estudiosos de este antiguo arte comienzan a ver el panorama general y conectar los puntos que conforman la persona humana.

Nuestro tipo de personalidad se compone de uno o varios de los elementos. Cada persona tiene una mezcla diferente, lo que explica que seamos personas tan distintas.

Cuando llegamos a comprender cómo los elementos dan forma a nuestras mentes, comportamientos y emociones, abrimos la puerta a una comprensión profunda de nosotros mismos y de quienes nos rodean.

Elementos que faltan

Una persona puede tener un predominio de Fuego, pero carecer de Agua. Esta persona puede encontrar que tiene grandes cantidades de energía y pasión, pero carece de profundidad en su comprensión emocional de las personas en su vida.

El Aire puede figurar fuertemente en la constitución astrológica de alguien, pero puede carecer de Tierra. Esta persona puede encontrarse con que tiene constantemente nuevas ideas y pasa de un proyecto a otro, pero parece que no puede mantenerse en nada el tiempo suficiente para que tenga éxito.

Su personalidad está muy influenciada por los elementos dominantes que contiene. Sin embargo, se ve igualmente afectada por el elemento que falta. El trabajo de la vida de Debra Silverman ha consistido en ayudar a las personas a comprender su constitución elemental y a identificar el elemento que les falta.

Esta visión no sólo es fascinante, sino que te permite comprender tu propia naturaleza y encontrar la verdadera paz, ya que finalmente te entiendes a ti mismo en un nivel mucho más profundo.

Armado con este conocimiento, es posible transformar tus debilidades en fortalezas cultivando el elemento que te falta. ¿Cómo se hace esto? Es sencillo, te fijas en los rasgos que tiene el elemento faltante y te centras en desarrollarte en estas áreas.

Por ejemplo, si te falta agua puede que te resulte difícil empatizar con las emociones de otras personas. Para cultivar el elemento que te falta, dedicas tiempo a realizar actividades que estimulen tus propias emociones y tu empatía, como ver películas emotivas.

Si te falta aire, puede resultarte difícil comunicarte con eficacia. Para cultivar los rasgos que aporta el aire, puede unirse a un club de debate o hacer un curso de oratoria eficaz.

Si le falta Tierra, puede ser desorganizado en el hogar y el trabajo. Su enfoque en el cultivo de su elemento faltante puede ser en la creación de un sistema de orden a su alrededor y el desorden de su hogar.

Si el Fuego es el elemento que le falta, puede encontrar que su energía y determinación para tener éxito puede ser algo débil. La clave para ti puede ser centrarte en hacer cosas que te emocionen y tengan un objetivo, como emprender un nuevo deporte, un reto de fitness o estudiar.

Cuando entiendes los elementos, los rasgos que aportan y cómo su ponderación te afecta profundamente, la astrología tiene un nuevo significado. Es como si se levantara un velo confuso que ha estado oscureciendo tu verdadera visión. No sólo encuentras la paz con tu propio tipo de carácter, sino también con el de los demás. Ahora entiendes por qué uno de tus hijos quiere quedarse en su habitación y jugar solo, mientras que el otro ansía la compañía.

Puedes entender por qué tu pareja se vuelve tranquila y distante cuando se siente inquieta, mientras que tú tiendes a perder los estribos. Tu nuevo conocimiento es como si te entregaran la llave del alma humana. Ya no volverás a mirar a alguien sin adivinar en qué elementos es fuerte y en cuáles se pierde.

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