El mercurio existe en varias formas: elemental (o metálica) e inorgánica (a la que las personas pueden estar expuestas a través de su ocupación); y orgánica (por ejemplo, el metilmercurio, al que las personas pueden estar expuestas a través de su dieta). Estas formas de mercurio difieren en su grado de toxicidad y en sus efectos sobre los sistemas nervioso, digestivo e inmunitario, y sobre los pulmones, los riñones, la piel y los ojos.

El mercurio se encuentra de forma natural en la corteza terrestre. Se libera en el medio ambiente a partir de la actividad volcánica, la meteorización de las rocas y como resultado de la actividad humana. La actividad humana es la principal causa de las emisiones de mercurio, en particular las centrales eléctricas de carbón, la quema de carbón en las viviendas para calentar y cocinar, los procesos industriales, las incineradoras de residuos y como resultado de la extracción de mercurio, oro y otros metales.

Una vez en el medio ambiente, el mercurio puede ser transformado por las bacterias en metilmercurio. A continuación, el metilmercurio se bioacumula (la bioacumulación se produce cuando un organismo contiene mayores concentraciones de la sustancia que el entorno) en el pescado y el marisco. El metilmercurio también se biomagnifica. Por ejemplo, es más probable que los grandes peces depredadores tengan niveles elevados de mercurio como resultado de comer muchos peces más pequeños que han adquirido el mercurio a través de la ingestión de plancton.

Las personas pueden estar expuestas al mercurio en cualquiera de sus formas en diferentes circunstancias. Sin embargo, la exposición se produce principalmente por el consumo de pescado y marisco contaminado con metilmercurio y por la inhalación por parte de los trabajadores de los vapores de mercurio elemental durante los procesos industriales. La cocción no elimina el mercurio.

Exposición al mercurio

Todos los seres humanos están expuestos a algún nivel de mercurio. La mayoría de las personas están expuestas a niveles bajos de mercurio, a menudo a través de la exposición crónica (contacto continuo o intermitente a largo plazo). Sin embargo, algunas personas están expuestas a altos niveles de mercurio, incluyendo la exposición aguda (exposición que se produce en un corto período de tiempo, a menudo menos de un día). Un ejemplo de exposición aguda sería la exposición al mercurio debida a un accidente industrial.

Los factores que determinan la aparición de efectos sobre la salud y su gravedad son:

  • el tipo de mercurio en cuestión;
  • la dosis;
  • la edad o la etapa de desarrollo de la persona expuesta (el feto es el más susceptible);
  • la duración de la exposición;
  • la vía de exposición (inhalación, ingestión o contacto dérmico).
    • En general, hay dos grupos que son más sensibles a los efectos del mercurio. Los fetos son los más susceptibles a los efectos del desarrollo debidos al mercurio. La exposición al metilmercurio en el útero puede ser resultado del consumo de pescado y marisco por parte de la madre. Puede afectar negativamente al cerebro y al sistema nervioso en crecimiento del bebé. El principal efecto sobre la salud del metilmercurio es el deterioro del desarrollo neurológico. Por lo tanto, el pensamiento cognitivo, la memoria, la atención, el lenguaje y la motricidad fina y las habilidades visuales espaciales pueden verse afectadas en los niños que estuvieron expuestos al metilmercurio cuando eran fetos.

      El segundo grupo es el de las personas que están expuestas de forma regular (exposición crónica) a altos niveles de mercurio (como las poblaciones que dependen de la pesca de subsistencia o las personas que están expuestas laboralmente). Entre las poblaciones seleccionadas de la pesca de subsistencia, entre 1,5/1000 y 17/1000 niños mostraron un deterioro cognitivo (retraso mental leve) causado por el consumo de pescado con mercurio. Entre estas poblaciones se encontraban las de Brasil, Canadá, China, Colombia y Groenlandia.

      Un ejemplo significativo de exposición al mercurio que afecta a la salud pública se produjo en Minamata (Japón) entre 1932 y 1968, donde una fábrica que producía ácido acético vertió líquido residual en la bahía de Minamata. El vertido incluía altas concentraciones de metilmercurio. La bahía era rica en peces y mariscos, y constituía el principal medio de vida de los residentes locales y de los pescadores de otras zonas.

      Durante muchos años, nadie se dio cuenta de que el pescado estaba contaminado con mercurio, y que éste estaba causando una extraña enfermedad en la comunidad local y en otros distritos. Al menos 50.000 personas se vieron afectadas en alguna medida y se certificaron más de 2.000 casos de la enfermedad de Minamata. La enfermedad de Minamata alcanzó su punto álgido en la década de 1950, con casos graves que sufrían daños cerebrales, parálisis, habla incoherente y delirio.

      Efectos para la salud de la exposición al mercurio

      El mercurio elemental y el metilmercurio son tóxicos para el sistema nervioso central y periférico. La inhalación de vapores de mercurio puede producir efectos nocivos en los sistemas nervioso, digestivo e inmunitario, los pulmones y los riñones, y puede ser mortal. Las sales inorgánicas de mercurio son corrosivas para la piel, los ojos y el tracto gastrointestinal, y pueden inducir toxicidad renal si se ingieren.

      Pueden observarse trastornos neurológicos y de comportamiento tras la inhalación, ingestión o exposición dérmica de diferentes compuestos de mercurio. Los síntomas incluyen temblores, insomnio, pérdida de memoria, efectos neuromusculares, dolores de cabeza y disfunción cognitiva y motora. En los trabajadores expuestos a un nivel de mercurio elemental en el aire de 20 μg/m3 o más durante varios años pueden observarse signos leves y subclínicos de toxicidad en el sistema nervioso central. Se han notificado efectos en los riñones, que van desde el aumento de proteínas en la orina hasta la insuficiencia renal.

      Cómo reducir la exposición humana a las fuentes de mercurio

      Hay varias formas de prevenir los efectos adversos para la salud, entre las que se incluyen la promoción de la energía limpia, el cese del uso del mercurio en la minería del oro, la eliminación de la minería del mercurio y la eliminación progresiva de los productos no esenciales que contienen mercurio.

      Promover el uso de fuentes de energía limpias que no quemen carbón

      La quema de carbón para obtener energía y calor es una fuente importante de mercurio. El carbón contiene mercurio y otros contaminantes atmosféricos peligrosos que se emiten cuando el carbón se quema en centrales eléctricas de carbón, calderas industriales y estufas domésticas.

      Eliminar la minería de mercurio y el uso de mercurio en la extracción de oro y otros procesos industriales

      El mercurio es un elemento que no puede ser destruido; por lo tanto, el mercurio que ya se utiliza puede ser reciclado para otros usos esenciales, sin necesidad de seguir extrayendo mercurio. El uso de mercurio en la minería de oro artesanal y a pequeña escala es especialmente peligroso, y los efectos sobre la salud de las poblaciones vulnerables son importantes. Es necesario promover e implementar técnicas de extracción de oro sin mercurio (sin cianuro) y, en los casos en los que todavía se utiliza el mercurio, se deben emplear prácticas de trabajo más seguras para evitar la exposición.

      Retirar el uso de productos que no son esenciales que contienen mercurio e implementar la manipulación, el uso y la eliminación segura de los productos restantes que contienen mercurio

      El mercurio está contenido en muchos productos, incluyendo:

      • baterías
      • dispositivos de medición, como termómetros y barómetros
      • interruptores eléctricos y relés en equipos
      • lámparas (incluidos algunos tipos de bombillas)
      • amalgama dental (para empastes dentales)
      • productos para aclarar la piel y otros cosméticos
      • fármacos.
        • Se están tomando una serie de medidas para reducir los niveles de mercurio en los productos, o para eliminar progresivamente los productos que contienen mercurio. En el ámbito de la salud, los termómetros y esfigmomanómetros que contienen mercurio están siendo sustituidos por dispositivos alternativos.

          La amalgama dental se utiliza en casi todos los países. Una consulta de expertos de la OMS realizada en 2009 concluyó que una prohibición mundial a corto plazo de las amalgamas sería problemática para la salud pública y el sector de la salud dental, pero que debería perseguirse una reducción progresiva promoviendo la prevención de enfermedades y las alternativas a las amalgamas; la investigación y el desarrollo de alternativas rentables; la educación de los profesionales de la odontología y la sensibilización del público.

          El mercurio inorgánico se añade a algunos productos para aclarar la piel en cantidades significativas. Muchos países han prohibido los productos para aclarar la piel que contienen mercurio porque son peligrosos para la salud humana.

          Uso del mercurio en vacunas y productos farmacéuticos

          El mercurio, como el tiomersal (etilmercurio), se utiliza en cantidades muy pequeñas como conservante en algunas vacunas y productos farmacéuticos. En comparación con el metilmercurio, el etilmercurio es muy diferente. El etilmercurio es descompuesto por el cuerpo rápidamente y no se acumula. La OMS ha seguido de cerca las pruebas científicas relacionadas con el uso del tiomersal como conservante de vacunas durante más de 10 años, y ha llegado siempre a la misma conclusión: no hay pruebas de que la cantidad de tiomersal utilizada en las vacunas suponga un riesgo para la salud.

          Acuerdo político

          La liberación continua de mercurio en el medio ambiente por la actividad humana, la presencia de mercurio en la cadena alimentaria y los efectos adversos demostrados en los seres humanos son tan preocupantes que en 2013 los gobiernos acordaron el Convenio de Minamata sobre el Mercurio. El Convenio obliga a los gobiernos Partes a tomar una serie de medidas, entre ellas abordar las emisiones de mercurio a la atmósfera y eliminar progresivamente determinados productos que contienen mercurio.

          Respuesta de la OMS

          La OMS publica datos sobre las repercusiones en la salud de las distintas formas de mercurio, orientaciones para identificar a las poblaciones en riesgo de exposición al mercurio, herramientas para reducir la exposición al mercurio y orientaciones sobre la sustitución de los termómetros y aparatos de medición de la presión arterial que contienen mercurio en la atención sanitaria. La OMS lidera proyectos para promover la gestión y eliminación adecuadas de los residuos sanitarios y ha facilitado el desarrollo de un dispositivo de medición de la presión arterial asequible, validado y que no contiene mercurio.

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