No necesariamente. La mayoría de los niños tendrán accidentes durante un tiempo después de haber sido entrenados para ir al baño, ya que esto lleva tiempo y no sucede de la noche a la mañana.
Puede parecer que tu hijo ha dado un paso atrás una vez que la emoción inicial de su entrenamiento para ir al baño se ha calmado. Si sólo se trata de algún que otro accidente, no hay que preocuparse. Los accidentes forman parte del proceso de aprendizaje del orinal. Los niños suelen tenerlos mientras están absortos en el juego o en otra actividad.
Esté atento a las señales de su hijo de que necesita ir al baño y diríjalo al mismo, en lugar de esperar a que se lo diga. Esto puede evitar accidentes, sobre todo si tiene menos de 18 meses, cuando los músculos de la vejiga y el recto aún no están lo suficientemente maduros para ser controlados. Cuando le digas que tiene que ir a hacer pipí, asegúrate de que puede volver a jugar después.
Si tu hija ha estado entrenada para ir al baño durante un tiempo, pero ha empezado a tener accidentes de nuevo, puede haber una razón emocional. Los cambios recientes en su vida o en su rutina, como una mudanza, un nuevo hermano o un cambio de guardería, pueden haber tenido un efecto.
Lo mejor que puede hacer es ser comprensivo y simpático, recordándole regularmente que debe ir al baño y dándole ánimos. Si los accidentes se producen con frecuencia y le resulta difícil tratar la situación a la ligera, puede ser útil volver a usar pañales durante unas semanas o incluso meses. Pero no dejes que tu hija lo vea como un castigo. Hazle saber que es algo temporal y que pronto volverá a llevar los pantalones. Esto también le ayudará si parece un poco encantada de aceptar la vuelta a los pañales.
O puedes seguir con el orinal, pero prepárate para lavar y cambiar mucha ropa. Decidas lo que decidas, no dejes que esto te desanime a ti o a tu hijo, y no le presiones. Habla con tus amigos y con otros padres sobre cómo lo han afrontado. No olvides que también puedes pedir consejo a tu visitador médico.