La neumonía neumocócica es un tipo de neumonía bacteriana que está causada por el Streptococcus pneumoniae (que también se llama neumococo). Es la neumonía bacteriana más frecuente en los adultos, el tipo más común de neumonía adquirida en la comunidad y uno de los tipos más comunes de infección neumocócica. Se calcula que el número de estadounidenses con neumonía neumocócica es de 900.000 al año, con casi 400.000 casos hospitalizados y las muertes representan entre el 5 y el 7% de estos casos.

Pulmonología

Los síntomas de la neumonía neumocócica pueden aparecer de forma repentina, normalmente presentándose como un fuerte escalofrío, que más tarde incluye fiebre severa, tos, dificultad para respirar, respiración rápida y dolores en el pecho. Otros síntomas como náuseas, vómitos, dolor de cabeza, fatiga y dolores musculares también pueden acompañar a los síntomas originales. A veces la tos puede producir esputo oxidado o con sangre. En el 25% de los casos puede producirse un derrame paraneumónico. Las radiografías de tórax suelen mostrar una consolidación lobar o infiltrados en parches.

En la mayoría de los casos, una vez identificada la neumonía neumocócica, los médicos recetan antibióticos. Estos antibióticos suelen ayudar a aliviar y eliminar los síntomas entre 12 y 36 horas después de ser tomados. A pesar de la eficacia de la mayoría de los antibióticos en el tratamiento de la enfermedad, a veces las bacterias pueden resistir a los antibióticos, lo que hace que los síntomas empeoren. Además, la edad y la salud del paciente infectado pueden contribuir a la eficacia de los antibióticos. También se ha desarrollado una vacuna para la prevención de la neumonía neumocócica, recomendada a los niños menores de cinco años, así como a los adultos mayores de 65 años.

Aunque es comúnmente conocido que el virus de la gripe aumenta las posibilidades de contraer neumonía o meningitis causadas por la bacteria streptococcus pneumonaie, una nueva investigación médica en ratones indica que la gripe es en realidad un componente necesario para la transmisión de la enfermedad. El investigador Dimitri Diavatopoulo, del Centro Médico de la Universidad Radboud de Nijmegen (Países Bajos), describe sus observaciones en ratones y afirma que en estos animales la propagación de la bacteria sólo se produce entre los animales ya infectados por el virus de la gripe, y no entre los que no lo están. Dice que estos hallazgos sólo han sido inclusivos en ratones, sin embargo, cree que lo mismo podría ser cierto para los humanos.