Si empezaste a tomar opioides recetados para controlar el dolor crónico, entonces necesitarás nuevas opciones de alivio del dolor cuando reduzcas o dejes de tomar los medicamentos opioides. A continuación se presentan opciones que solas, o en combinación, pueden ayudar.
Frío y calor. El frío puede ser útil poco después de una lesión para aliviar el dolor, disminuir la inflamación y los espasmos musculares, y ayudar a acelerar la recuperación. El calor aumenta el umbral del dolor y relaja los músculos.
Ejercicio. Mantenerse físicamente activo, a pesar de algún dolor, puede desempeñar un papel útil para las personas con algunas de las condiciones de dolor más comunes, incluyendo el dolor lumbar, la artritis y la fibromialgia.
Pérdida de peso. Muchas afecciones dolorosas empeoran con el exceso de peso. Por lo tanto, tiene sentido que perder peso pueda ayudar a aliviar algunos tipos de dolor.
Fisioterapia (PT) y terapia ocupacional (OT). La fisioterapia ayuda a restablecer o mantener su capacidad para moverse y caminar. La terapia ocupacional ayuda a mejorar su capacidad para realizar actividades de la vida diaria, como vestirse, bañarse y comer.
Estimulación nerviosa eléctrica transcutánea (TENS). Esta técnica emplea una corriente eléctrica muy suave para bloquear las señales de dolor que van del cuerpo al cerebro.
Iontoforesis. Esta forma de estimulación eléctrica se utiliza para conducir medicamentos a las zonas de dolor y reducir la inflamación.
Ultrasonido. Esta terapia dirige ondas sonoras hacia los tejidos. A veces se utiliza para mejorar la circulación sanguínea, disminuir la inflamación y promover la curación.
Terapia con láser frío. La terapia con láser frío, también llamada terapia con láser de bajo nivel, está aprobada por la FDA para tratar las condiciones de dolor. El láser frío emite luz pura de una sola longitud de onda que se absorbe en una zona lesionada y puede reducir la inflamación y estimular la reparación de los tejidos.
Técnicas mente-cuerpo. Las técnicas de relajación mente-cuerpo se utilizan habitualmente en las clínicas de dolor de los hospitales. Incluyen:
- Meditación
- Mindfulness
- Relajación muscular progresiva
- Ejercicios de respiración
- Terapia de hipnosis
Yoga y tai chi. Estas prácticas de mente-cuerpo y ejercicio incorporan el control de la respiración, la meditación y los movimientos para estirar y fortalecer los músculos. Pueden ayudar en casos de dolor crónico como la fibromialgia, el dolor lumbar, la artritis o los dolores de cabeza.
Biofeedback. Esta técnica asistida por máquinas ayuda a las personas a tomar el control de sus propias respuestas corporales, incluido el dolor.
Masaje terapéutico. El masaje terapéutico puede aliviar el dolor mediante la relajación de los músculos, tendones y articulaciones doloridos; el alivio del estrés y la ansiedad; y la posible obstaculización de los mensajes de dolor hacia y desde el cerebro.
Quiropraxia. Los quiroprácticos tratan de corregir la alineación del cuerpo para aliviar el dolor y mejorar la función y para ayudar al cuerpo a curarse a sí mismo.
Acupuntura. La acupuntura consiste en insertar agujas extremadamente finas en la piel en puntos específicos del cuerpo. Esta acción puede aliviar el dolor al liberar endorfinas, las sustancias químicas analgésicas naturales del cuerpo. También puede influir en los niveles de serotonina, el transmisor cerebral relacionado con el estado de ánimo.
Picoterapia. Estos profesionales pueden ofrecer muchas vías para el alivio y el manejo del dolor. Por ejemplo, pueden ayudarle a replantear los patrones de pensamiento negativos sobre su dolor que pueden estar interfiriendo en su capacidad para funcionar bien en la vida, el trabajo y las relaciones. Acudir a un profesional de la salud mental no significa que el dolor esté «todo en tu cabeza».
Dispositivos para aliviar el dolor. Una serie de dispositivos de asistencia pueden ayudar a sostener las articulaciones dolorosas, aliviar la presión sobre los nervios irritados y aliviar los dolores. Entre ellos se encuentran las férulas, los aparatos ortopédicos, los bastones, las muletas, los andadores y los zapatos ortopédicos.
Alivio del dolor tópico. Estas cremas y pomadas que contienen medicamentos se aplican sobre la piel. Pueden utilizarse en lugar de otros tratamientos o como complemento de los mismos.
Medicamentos de venta libre. Los analgésicos que se pueden comprar sin receta, como el paracetamol (Tylenol) o los antiinflamatorios no esteroideos (AINE), como la aspirina, el ibuprofeno (Advil, Motrin) y el naproxeno (Aleve, Naprosyn), pueden ayudar a aliviar el dolor de leve a moderado.
Analgésicos herbales o nutricionales. La evidencia científica que apoya su eficacia para el alivio del dolor es escasa.
Medicamentos de prescripción no opiáceos. Algunos medicamentos pueden ser muy eficaces para tratar el dolor de una afección específica. Algunos ejemplos son los triptanes para las migrañas y la gabapentina (Neurontin) o la pregabalina (Lyrica) para los dolores nerviosos.
Inyecciones de corticosteroides. Utilizadas ocasionalmente, las inyecciones de corticosteroides pueden aliviar el dolor y la inflamación causados por la artritis, la ciática y otras afecciones.
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