El matrimonio de Alejandro y Roxana detalle de Las mujeres de la familia de Darío antes de Alejandro Magno, Il Sodoma, 1517
Hephaestion
Se sabe mucho más sobre las relaciones íntimas de Alejandro con los hombres durante su vida. En concreto, Hefestión, hijo de Amíntor, un noble macedonio y amigo de Alejandro desde la infancia. La naturaleza de la relación ha sido objeto de una interpretación ambigua, ya que debido a su proximidad en edad y rango no se ajustaba a la jerarquía sexual típica de la época clásica. Por ello, algunos estudiosos sugieren que, si bien los dos pudieron tener intimidad física en su adolescencia, ésta no habría continuado en la edad adulta.
Sin embargo, esto no niega la cercanía de su relación en la edad adulta, como demuestra el destacado papel que Hefestión tenía dentro del círculo real de Alejandro: se le confiaron algunas de las más altas responsabilidades administrativas y uno de los más altos rangos de mando dentro del ejército. Las pruebas antiguas sugieren que Alejandro reconoció abiertamente la naturaleza homoerótica e íntima de su relación con Hefestión a lo largo de su vida y que los antiguos biógrafos de Alejandro pretendían registrarla como tal. Uno de los puntos clave de este argumento son las persistentes alusiones entre su relación y la del mítico antepasado y héroe personal de Alejandro, Aquiles, y su propio compañero Patroclo.
La naturaleza de la relación entre los dos héroes del Ilíada de Homero era una discusión recurrente en el discurso literario clásico. Al igual que Alejandro y Hefestión, con su proximidad en edad y rango, es difícil imponer el paradigma sexual ideal a la relación de Aquiles y Patroclo de forma que sea permisible una relación homoerótica entre ellos según los estándares clásicos. En el Simposio de Jenofonte, Sócrates sostiene que Patroclo no era el amante de Aquiles, sino su compañero, sin que ello implique necesariamente que ambos tuvieran una relación física íntima. Sin embargo, muchos sugieren que en la época de Alejandro era de conocimiento general que la relación entre Aquiles y Patroclo se consideraba sexual, existiendo únicamente el debate sobre qué papel adoptarían los amantes durante el coito. Si este es el caso, entonces la dinámica de la relación entre Alejandro y Hefestión debió ser también de naturaleza sexual e íntima, ya que la asociación de las dos parejas se hace explícitamente en una anécdota relatada por varios de los historiadores de Alejandro. Durante su campaña en Asia Menor, Alejandro y Hefestión visitaron el lugar sagrado de Troya e hicieron ofrendas a la tumba de Aquiles y Patroclo, honrando así su estrecho y potencialmente íntimo vínculo, ya que reflejaba el suyo propio.
También cabe destacar que los contemporáneos de Alejandro y Hefestión eran conocidos por interpretar su relación como algo sexual, tal y como se desprende de una ocurrencia del filósofo cínico Diógenes que decía que Alejandro estaba «sujeto por los muslos de Hefestión». La referencia a los muslos indica, sin duda, una relación físicamente sexual entre ambos hasta la edad adulta. También es destacable el singular vocabulario utilizado en referencia a Hefestión. Aunque a Alejandro nunca le faltaron amigos devotos, Diodoro señala que otro de sus compañeros más cercanos de Macedonia, Crátero, era simplemente «amante del rey» (philbasileus), mientras que sólo Hefestión era «amante de Alejandro» (philalexandros), lo que insinúa un nivel de intimidad sin parangón entre los dos hombres. En una de las historias más famosas y románticas de la cercanía entre Alejandro y Hefestión, cuando la madre del rey persa derrotado visitó el campamento de Alejandro para pedir clemencia, al principio confundió a Hefestión, que según los historiadores antiguos era más alto y más guapo que el rey, con el propio Alejandro. En lugar de avergonzarse o enfadarse por ello, Alejandro respondió que «él también es Alejandro». Esto denota, sin duda, la cercanía de su relación y sugiere un nivel de intimidad emocional, como mínimo, comprensible según las ideas modernas y antiguas de las relaciones interpersonales. Tras la prematura muerte de Hefestión, se dice que Alejandro se sintió abrumado por un dolor inconsolable e intentó construir un monumento funerario sin precedentes en honor a su compañero fallecido. Sin embargo, el monumento no se completó, ya que el propio Alejandro murió menos de un año después, y algunos historiadores han sugerido que el intenso dolor de Alejandro por la pérdida de su compañero más querido fue uno de los factores que contribuyeron al deterioro de la salud emocional y el bienestar general de Alejandro.
En la cultura popular, es la relación de Alejandro con Hefestión la que ha sido objeto de mayor consideración. En las novelas de Mary Renault de mediados del siglo XX, la relación íntima de Alejandro con Hefestión ocupa un lugar central en la narración y ha dejado un legado duradero en la forma de ver la sexualidad de Alejandro tanto en los estudios como en la historia pública. El legado de esta interpretación íntima y romántica de su relación se aprecia con gran intensidad en la película Alejandro, de Oliver Stone, de 2004, que llevó a esta antigua pareja aún más a la corriente principal. Mientras que la sexualidad de Alejandro en la tradición antigua y en los estudiosos es más ambigua y discutible, en el ámbito de la ficción LGBTQIA y la cultura popular la relación entre Alejandro y Hefestión sigue siendo una fuente de inspiración popular.