Se ha escrito mucho sobre Yoennis Céspedes y, francamente, mucho de ello es una absoluta tontería. Sus críticos tienden a descansar sus argumentos en la suposición de que Céspedes es más viejo de lo que dice y puede haber estado usando esteroides u otras drogas para mejorar el rendimiento mientras jugaba en Cuba. No estoy seguro de dónde empezaron estos rumores y suposiciones, pero estoy bastante seguro de que ninguno de ellos se aplica a Céspedes. Cuando miramos los hechos básicos de su historia profesional e internacional, casi tenemos que concluir que Céspedes es exactamente lo que parece ser – un jardinero de 26 años con un potencial de cinco herramientas.

Los jugadores amateurs que mienten sobre sus edades para aparentar ser más jóvenes de lo que son lo hacen, típicamente, cuando buscan firmar con un club de las grandes ligas por primera vez. Por lo general, no tienen prácticamente ningún historial de béisbol, profesional o de otro tipo. Sus nombres no han aparecido en los periódicos locales ni en ningún otro registro público que pudiera permitir a los directivos de los equipos de la MLB determinar la edad real. La única evidencia que tiene un equipo a la hora de evaluar su edad es la propia palabra de cada individuo.

Nada de eso se aplica a Céspedes. Su edad no proviene de él, proviene de las biografías de los jugadores publicadas en la liga de béisbol cubana. La única manera en que puede mentir sobre su edad es si los funcionarios del béisbol cubano están en una conspiración que se remonta a su debut profesional en 2003. Las ligas cubanas no tendrían que confiar en su palabra para saber cuándo nació, sería una cuestión de registro público. Además, dado que es hijo de un conocido jugador de softbol nacional, su nacimiento probablemente suscitó al menos algunos comentarios en la prensa local. Es casi imposible que haya podido mentir sobre su edad durante su carrera profesional en Cuba sin ser descubierto. Dado que Cuba no ve con buenos ojos a los jugadores que desertan, dudo sinceramente que los funcionarios del béisbol cubano y el gobierno cubano se hubieran quedado tranquilos todo este tiempo si tuvieran pruebas de que su edad era de hecho distinta a la declarada. A menos que creamos una conspiración de una década entre los funcionarios cubanos y la familia de Céspedes, no veo ninguna razón para creer que su edad es falsa. Su caso no se parece en nada al de un prospecto adolescente del que nadie había oído hablar hasta que entró en un centro de entrenamiento de la MLB.

Y en cuanto a las acusaciones y suposiciones de PED, recuerde que el equipo nacional cubano juega constantemente en competiciones internacionales, y que las competiciones internacionales tienen estándares de pruebas de drogas mucho más duros que el béisbol de las grandes ligas. Estoy bastante seguro de que las pruebas de sangre para PED, incluyendo la hormona de crecimiento humano, son bastante estándar en casi todas las competiciones internacionales en cualquier deporte. Dado que Céspedes ha sido preparado para la competición internacional desde que apareció por primera vez en la escena del béisbol cubano, dudo mucho que haya estado tomando drogas que le hicieran fallar una prueba de drogas estándar internacional. Si se ha mantenido lo suficientemente limpio como para jugar en eventos como los Juegos Panamericanos en 2007 y la Copa Mundial de Béisbol en 2009, no veo ninguna razón para pensar que haya estado tomando jugo durante su carrera. En todo caso, debido a que ha sido sometido a pruebas internacionales con más frecuencia que la mayoría de los prospectos estadounidenses, tenemos más razones para creer que está limpio que el típico chico estadounidense de la escuela secundaria o de la universidad.

Atacar a Céspedes porque nunca se ha enfrentado a una competencia de élite constante es perfectamente válido. Ser escéptico de que pueda trasladar su juego a las grandes ligas tiene cierto sentido. Pero no creo que lo de la edad y el PED tenga ninguna base en la realidad. Esos son problemas que surgen en el reclutamiento latinoamericano de vez en cuando, pero ni de lejos tan a menudo como se ha hecho creer. Y cuando se examina el caso particular de Céspedes, es difícil encontrar una razón convincente para creer que haya ocurrido alguna de las dos cosas. No ha tenido ni el motivo ni la oportunidad de mentir sobre su edad, y sería extremadamente difícil que hubiera tomado PEDs (al menos antes de desertar).

A fin de cuentas, creo que tenemos que evaluar a Céspedes basándonos exactamente en lo que es, y no en una caracterización mítica y generada por estereotipos de lo que algunos desearían que fuera en su lugar. Céspedes es un joven de 26 años… no de 28 o 32 años… jardinero con más poder… no mejorado por las drogas… un gran brazo, más velocidad, y que juega una sólida defensa. Si no tiene éxito en las mayores, tendrá todo que ver con su actitud, ética de trabajo y habilidades y nada que ver con si debe o no calificar para un descuento de la tercera edad.

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