El investigador y psicólogo Dacher Keltner mostró a los sujetos una imagen de un gesto y una expresión facial típicos de la vergüenza. Cuando los investigadores mostraron imágenes de personas que mostraban poses avergonzadas, frente a las que mostraban poses orgullosas, los participantes en el estudio prefirieron a los individuos avergonzados. De hecho, querían relacionarse con estas personas mucho más que con las orgullosas.
Sentirse avergonzado y sonrojado es entrañable y puede incluso ayudarnos a evitar la confrontación con los demás. Si alguien se pone rojo durante una confrontación podemos ver que, ese individuo se siente mal por su comportamiento. Esto puede desescalar la confrontación.
También es una herramienta útil que utilizamos para aumentar el cariño mutuo. Por ejemplo, las personas que se burlan entre sí para invocar la vergüenza lo hacen para comprobar su compatibilidad. Si nos burlamos de alguien y se avergüenza, es mucho más probable que queramos conocer mejor a esa persona. La vergüenza es una herramienta social poderosa y necesaria.
Desarmando tu vergüenza
A todos nos gusta presentarnos de la mejor manera posible y hacer algo vergonzoso destroza la visión que tenemos de nosotros mismos. También asumimos que la vergüenza nos impacta negativamente tanto personal como profesionalmente. Nada de eso es cierto, lo sacamos de quicio gracias a lo que se conoce como el efecto foco.
¿Cómo superar esa abrumadora sensación de que todo el mundo te mira? Puedes empezar siguiendo estos tres pasos:
1. Habla de las cosas que te avergüenzan: Nuestro sentimiento de vergüenza proviene en gran medida de las falsas suposiciones que tenemos en nuestra cabeza sobre cómo nos ven los demás. Cuando hablas de las anécdotas embarazosas con amigos u otras personas de confianza, les quitas el poder que esos momentos tienen sobre ti. Esto también te mostrará que la vergüenza por sí sola no conlleva juicios negativos por parte de tus compañeros.
2. Recuerda que el rubor y la vergüenza demuestran que te importa: Parte de la razón por la que nos sentimos atraídos por otros que se avergüenzan es porque los vemos como personas que entienden cuando han cruzado una línea o han cometido un error. Ese es un rasgo humano importante y no es algo de lo que nadie deba avergonzarse.
3. Reenfoca tu atención: Nuestro intenso miedo a ser juzgados negativamente por los demás puede potenciar nuestros sentimientos de vergüenza y respuesta de rubor. En declaraciones al New York Times, Jerilyn Ross, autora del libro One Less Thing to Worry About (Una cosa menos por la que preocuparse), recomienda a los pacientes que se sonrojan o se avergüenzan que se hagan esta pregunta: «Me sonrojo cuando estoy ansioso; ¿qué significa eso?»
Al hacer esta pregunta, la atención de los pacientes vuelve a centrarse en la interacción y la conversación que se está produciendo en lugar de en su vergüenza. Esto puede ayudar a emparejar su respuesta de vergüenza más rápidamente que si se centrara en estar avergonzado y ponerse rojo. Pone el foco en lo externo en lugar de lo interno.
Todos estos pasos tienen que ver con disminuir el golpe de la vergüenza y quitarle parte de su poder. Recuerda que todo el mundo se avergüenza y que no pasa nada si tú también lo haces.
No voy a dejar de avergonzarme pronto y tampoco me imagino que pueda evitar ponerme rojo. Con los años he llegado a aceptar un poco más esa parte de mí. Ahora sé que la vergüenza cumple una importante función social y que es posible tranquilizarme cuando me encuentro en una situación embarazosa.
La vergüenza está aquí para quedarse, así que con eso en mente, os dejaré con esta cita de Richelle E. Goodrich:
«Relájate; el mundo no está mirando tan de cerca. Está demasiado ocupado contemplándose en el espejo.»
Por qué te avergüenzas y qué puedes hacer al respecto | Crew
Andrea Ayres es escritora de Crew, un mercado creativo que conecta proyectos web móviles & con desarrolladores y diseñadores seleccionados. Para más trucos de vida y psicología social, haz clic aquí para unirte a las 7.034 personas que reciben el boletín semanal de Crew.
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