Suena el timbre y estás deseando llegar al patio. Mientras corres hacia la puerta, tu profesor grita recordándote que cojas una chaqueta. Al fin y al cabo, ¡está helando fuera! El viejo invierno ha venido de visita y las temperaturas son gélidas.

Apenas sientes el frío mientras te enfrascas en un estridente juego de persecución alrededor de los columpios y el tiovivo. De hecho, empiezas a sudar bajo tus capas de ropa. Pero sigues corriendo. El ejercicio es vigorizante después de estar sentado en el aula durante varias horas.

Justo cuando el recreo está terminando, te detienes para recuperar el aliento. Te agachas y respiras profundamente varias veces el aire frío. Es entonces cuando te das cuenta de que sientes una opresión en el pecho y te arden un poco los pulmones.

¿Qué ocurre? Parece un poco extraño. No debería el aire frío hacer que tus pulmones se sientan fríos? En cambio, correr o hacer ejercicio en el frío suele provocar una sensación de ardor en el pecho. ¿Por qué?

¡No te preocupes! Respirar aire frío no es peligroso. Todo ese aire frío no congelará tus pulmones. De hecho, tu cuerpo tiene mecanismos especiales para asegurarse de que todo el aire que llega a tus pulmones esté bien caliente y lleno de humedad.

Cuando respiras aire frío, unos diminutos vasos sanguíneos situados en la tráquea y en la cavidad nasal calientan el aire hasta alcanzar tu temperatura corporal. Al mismo tiempo, las células que recubren estas zonas ceden su humedad para humedecer el aire que está a punto de entrar en los pulmones. Esto es importante porque el aire frío del invierno tiende a ser muy seco.

Desgraciadamente, cuando esas células que recubren la tráquea renuncian a su humedad, se deshidratan y se irritan. Esto provoca la sensación de ardor que a menudo se siente cuando se corre o se hace ejercicio en un clima frío.

Si estás respirando muy fuerte en respiraciones rápidas y cortas, puede ser difícil para tu cuerpo mantener el proceso de calentamiento y humidificación del aire frío que entra. Cuando esto ocurre, parte del aire que respiras puede estar más frío que la temperatura corporal. Este aire frío también puede irritar los pulmones y hacer que sus vías respiratorias se estrechen.

En algunas personas, el estrechamiento de sus vías respiratorias puede incluso inducir los síntomas del asma. Los médicos se refieren a este hecho como asma inducida por el ejercicio, y puede ocurrir en personas que de otro modo nunca experimentan los síntomas del asma.

Si vas a correr o hacer ejercicio en el frío, los expertos recomiendan que tomes algunas medidas para ayudar a protegerte. En primer lugar, mantente hidratado. Se suda incluso cuando hace frío en el exterior, y su cuerpo necesita una hidratación adecuada para proporcionar la humedad que sus células necesitan para humidificar el aire que respira.

Además, intente hacer respiraciones largas y profundas cuando haga ejercicio. Esto ayudará a su cuerpo a mantener el ritmo de las tareas de calentamiento y humidificación del aire fresco. Por último, puede considerar la posibilidad de llevar una bufanda alrededor de la garganta y la boca. Un pañuelo puede ayudar a atrapar la humedad que, de otro modo, se perdería al exhalar. Al respirar la humedad atrapada, su cuerpo tiene menos trabajo para humidificar el aire frío.

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