Categoría: Biología
Publicado: 18 de diciembre de 2012

Las venas en sí mismas no son azules, sino que en su mayoría son incoloras. Es la sangre de las venas la que les da color. Además, la sangre de las venas humanas tampoco es azul. La sangre es siempre roja. La sangre oxigenada (que fluye principalmente por las arterias) es de color rojo brillante y la sangre que ha perdido su oxígeno (que fluye principalmente por las venas) es de color rojo oscuro. Cualquiera que haya donado sangre o se la haya extraído una enfermera puede dar fe de que la sangre desoxigenada es de color rojo oscuro y no azul. La sangre de las venas parece azul porque se miran las venas a través de las capas de piel y grasa, según Alwin Kienle en su artículo «¿Por qué las venas parecen azules? A new look at an old question», publicado en el Journal of Applied Optics. La piel dispersa gran parte de la parte roja de la luz blanca antes de que pueda reflejarse en la sangre, dejando que la luz azul se refleje en la sangre y vuelva a nuestros ojos. Es un efecto similar a cómo el sol blanco aparece rojo al atardecer debido a que los colores azules son dispersados por la atmósfera.

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