Antes de entrar en el tema de por qué su hijo puede estar llorando, es importante señalar que desde el nacimiento, el llanto es un medio primario de comunicación. En otras palabras, llorar es normal.
De hecho, la Academia Americana de Pediatría (AAP) dice que entre 2 y 3 horas de llanto al día en los primeros 3 meses de vida se considera normal.
A medida que los niños crecen, empiezan a aprender otras formas de mostrar sus necesidades y sentimientos, pero el llanto sigue siendo una forma eficaz de llamar la atención y de comunicarse con sus cuidadores.
La Dra. Ashanti Woods, pediatra del Centro Médico Mercy de Baltimore, dice que los niños lloran por casi todo y por todo, especialmente porque es su primera forma de comunicación. A medida que crecen, su llanto suele ser más específico o una reacción emocional a lo que están sintiendo.
Para ayudar a descifrar el motivo de llanto de tu hijo, ten en cuenta estas razones de Woods adecuadas para su edad.
- Niño pequeño (1-3 años): Las emociones y las rabietas tienden a gobernar a esta edad, y es probable que se desencadenen por estar cansado, frustrado, avergonzado o confundido.
- Preescolar (4-5 años): Los sentimientos heridos o las lesiones suelen ser los culpables.
- Edad escolar (5+ años): Las lesiones físicas o la pérdida de algo especial son los desencadenantes clave del llanto en este grupo de edad.
Teniendo esto en cuenta, aquí tienes siete razones que pueden explicar por qué llora tu hijo.
Tienen hambre
Si se acerca la hora de la comida y tu pequeño empieza a quejarse, el hambre es lo primero que debes tener en cuenta. En los bebés, éste es el motivo más común del llanto, según los expertos del Hospital Infantil de Seattle.
Tenga en cuenta que a medida que su pequeño crece, los horarios y las necesidades de las comidas pueden cambiar. No hay nada de malo en que un bebé o un niño quiera ser alimentado antes o comer más a medida que crece, así que esté abierto a alterar los horarios y las cantidades según sea necesario.
Sienten dolor o malestar
El dolor y el malestar que no puede ver son a menudo las razones por las que su hijo puede estar llorando. Los dolores de estómago, los gases, los torniquetes en el pelo y los dolores de oído son sólo algunos ejemplos a tener en cuenta en los más pequeños.
Si su hijo es mayor, es probable que le diga si algo le duele. Dicho esto, puede ser útil tomarse un tiempo para repasar algunas preguntas para ver si pueden identificar lo que está mal más específicamente. Esto le ayudará a descartar cualquier cosa interna que no pueda ver.
La incomodidad también puede ser el resultado de tener demasiado calor o demasiado frío. Escanee lo que llevan puesto, compárelo con la temperatura y ajústelo según sea necesario.
Están cansados
Ya sea el berrinche del mediodía o la rabieta de antes de dormir, los niños de todas las edades pueden encontrarse en un charco de lágrimas si están demasiado cansados. De hecho, la necesidad de dormir ocupa el segundo lugar, después del hambre, entre las principales razones por las que lloran los bebés.
Por eso los bebés y los niños pequeños, especialmente, necesitan mantener un horario de sueño y siesta. Y si son demasiado pequeños para usar palabras que indiquen que lo que necesitan es dormir, tendrás que buscar señales físicas que apunten al cansancio.
Si tu pequeño rompe el contacto visual, se frota los ojos, pierde el interés por las actividades, bosteza o está irritable, probablemente sea el momento de descansar. El llanto es un indicador tardío de que están demasiado cansados.
Los niños mayores son capaces de decirte si están cansados, pero eso no siempre significa que lo hagan. Algunos niños en edad preescolar y escolar todavía necesitan siestas, por lo que es posible que sigas viendo llantos durante el día si necesitan dormir.
Están sobreestimulados
La sobreestimulación es un factor desencadenante para los niños de todas las edades. En los bebés y niños en edad preescolar, demasiado ruido, efectos visuales o personas pueden provocar el llanto. Puede notar que su hijo mira a su alrededor o intenta refugiarse detrás de su pierna o en una esquina antes de empezar a llorar.
En el caso de los niños en edad escolar, un horario apretado, estar demasiado tiempo en movimiento e incluso una jornada escolar completa pueden provocar un episodio de llanto. Esto puede llevar a la ira, la frustración y la fatiga.
Están estresados o frustrados
El estrés y la frustración pueden parecer diferentes dependiendo de la situación.
Tal vez tu pequeño quiere algo que no le das, como tu teléfono, o está frustrado porque su juguete no funciona como le gustaría. Tal vez las cosas en su hogar están tensas debido a cambios o desafíos, y ellos están captando el estado de ánimo.
Independientemente de la causa, los pequeños luchan con la gestión de estas emociones. Ten en cuenta lo que estaban haciendo justo antes de empezar a llorar. Eso podría ser una pista de por qué están estresados o frustrados.
Necesitan atención
A veces los niños simplemente necesitan nuestra atención, y no pueden o no saben cómo pedirla. Si has descartado todas las demás causas del llanto, como el hambre, el cansancio, la sobreestimulación y la frustración, quizá sea el momento de preguntarte si sólo necesitan un rato contigo.
Sólo hay que tener cuidado con este motivo y tratar de abordar el problema antes de que empiecen las lágrimas. Si tu hijo utiliza el llanto como una forma de ganar tu atención con demasiada frecuencia, puede convertirse en un ciclo difícil de romper.
Sienten ansiedad por separación
La ansiedad por separación puede ocurrir en cualquier momento de la vida de tu hijo, pero la Dra. Becky Dixon, pediatra de Riley Children’s Health en Indianápolis, dice que entre los 12 y los 20 meses es una edad común para que ocurra.