Precipitación química, formación de una sustancia sólida separable a partir de una solución, ya sea convirtiendo la sustancia en una forma insoluble o cambiando la composición del disolvente para disminuir la solubilidad de la sustancia en él. La distinción entre precipitación y cristalización radica en gran medida en si se hace hincapié en el proceso por el que se reduce la solubilidad o en aquel por el que se organiza la estructura de la sustancia sólida.
La precipitación se utiliza a menudo para eliminar iones metálicos de soluciones acuosas: los iones de plata presentes en una solución de una sal soluble, como el nitrato de plata, se precipitan mediante la adición de iones de cloruro, proporcionados, por ejemplo, por una solución de cloruro de sodio; los iones de cloruro y los iones de plata se combinan para formar cloruro de plata, un compuesto que no es soluble en agua. Del mismo modo, los iones de bario son precipitados por los iones de sulfato, y los de calcio por el oxalato; se han desarrollado esquemas para el análisis de mezclas de iones metálicos mediante la aplicación sucesiva de reactivos que precipitan iones específicos o grupos de iones relacionados (véase análisis químico cualitativo).
En muchos casos es posible seleccionar las condiciones bajo las cuales una sustancia precipita en forma altamente pura y fácilmente separable. El aislamiento de tales precipitados y la determinación de su peso constituyen métodos precisos para determinar las cantidades de diversos compuestos. (Véase análisis gravimétrico.)
Al intentar precipitar una única sustancia a partir de una solución que contiene varios componentes, a menudo se incorporan a los cristales componentes no deseados, lo que reduce su pureza y perjudica la precisión del análisis. Esta contaminación puede reducirse realizando las operaciones con soluciones diluidas y añadiendo el agente precipitante lentamente; una técnica eficaz es la denominada precipitación homogénea, en la que el agente precipitante se sintetiza en la solución en lugar de añadirse mecánicamente. En casos difíciles puede ser necesario aislar un precipitado impuro, redisolverlo y volver a precipitarlo; la mayoría de las sustancias que interfieren se eliminan en la solución original, y la segunda precipitación se realiza en su ausencia.