El Ratio de Adecuación del Capital (RAC) es la relación del capital de un banco en relación con sus activos ponderados por riesgo y sus pasivos corrientes. Lo deciden los bancos centrales y los reguladores bancarios para evitar que los bancos comerciales se apalancen en exceso y se vuelvan insolventes en el proceso.
En otras palabras, mide cuánto capital tiene un banco en porcentaje de su exposición crediticia total. Los reguladores bancarios hacen cumplir este ratio para garantizar la disciplina crediticia con el fin de proteger a los depositantes y promover la estabilidad y la eficiencia del sistema financiero.
La fórmula utilizada para medir el Ratio de Adecuación de Capital es = (Tier I + Tier II + Tier III (fondos de capital)) /Activos ponderados por riesgo)
Aquí el capital de nivel I es el capital básico de un banco, que consiste en los fondos propios y los beneficios no distribuidos; mientras que el capital de nivel II incluye las reservas de revalorización, los instrumentos de capital híbrido y la deuda subordinada a plazo. El capital de nivel III está formado por el capital de nivel II más los préstamos subordinados a corto plazo.
Los activos ponderados por riesgo tienen en cuenta el riesgo de crédito, el riesgo de mercado y el riesgo operativo.
A partir de 2019, según Basilea III, el capital de nivel 1 y de nivel 2 de un banco debe ser al menos el 8% de sus activos ponderados por riesgo. El coeficiente mínimo de adecuación del capital (incluido el colchón de conservación del capital) es del 10,5%. La recomendación del colchón de conservación de capital está diseñada para acumular el capital de los bancos, que podrían utilizar en períodos de tensión.