La elección de la ropa adecuada en un clima de 53 grados F depende de varios factores. Las dos cosas más importantes a tener en cuenta, además de la temperatura, son el viento y las precipitaciones. El aire justo al lado de su piel, su capa límite laminar, se calienta con su piel. En un día tranquilo, la capa límite laminar (que puede incluir el aire entre la ropa y la piel, por ejemplo) no se ve alterada, por lo que se siente calor una vez que el cuerpo calienta inicialmente ese aire. Cuando hay mucho viento, la capa límite laminar es sustituida continuamente por aire frío, por el que el cuerpo pierde calor continuamente. Esto hace que se sienta mucho más frío en los días con viento que en los días tranquilos. Este efecto se conoce como sensación térmica. Los vientos más fuertes hacen que el aire parezca más frío de lo que es. Además, las precipitaciones pueden afectar a la forma de vestir. En un día de lluvia, el agua puede empapar su ropa y hacerle sentir frío al evaporarse. Por este motivo, mantenerse seco es tan importante como abrigarse. En menor medida, la nubosidad puede afectar al calor. La radiación solar puede calentar ligeramente la piel, mientras que en los días nublados este efecto no se produce. Sin embargo, 53 grados no es lo suficientemente cálido como para que un cielo despejado sea una fuente fiable de calor.
En resumen, un día tranquilo y despejado de 53 grados F requiere pantalones, zapatos cerrados y una chaqueta, porque hace algo de frío. Si estás acostumbrado a climas más cálidos, vístete más abrigado. Es importante vestirse por capas, para poder desprenderse de una de ellas si se calienta demasiado.
Si hace viento o llueve, es muy recomendable llevar algo a prueba de viento y/o agua, además de la ropa mencionada anteriormente. Las botas de goma también son muy convenientes para mantener los pies calientes. Incluso con temperaturas por encima del punto de congelación, puede producirse hipotermia si no se viste lo suficientemente abrigado (o seco).