Comportamiento

Los quokkas son muy sociales. Hasta 150 individuos pueden tener áreas de distribución superpuestas. Sólo se observan peleas ocasionales entre los machos que pueden competir por el lugar más sombreado en un día caluroso.

El quokka es una especie nocturna. Pasan el día refugiados bajo los árboles. Por la noche salen a cazar a la hierba. Esto lo hacen moviéndose por los túneles que crean moviéndose por pasarelas similares cada noche. Estas pasarelas también les ayudan a evadir rápidamente a los depredadores.

Una habilidad única del quokka es que puede trepar a los árboles para poder llegar a sus fuentes de alimento.

Depredadores y amenazas

Los depredadores naturales del quokka incluyen a los dingos y a las aves de rapiña.

Especies introducidas como los gatos, los perros y los zorros han provocado grandes disminuciones en la población de quokkas.

Los humanos contribuyen a la desaparición del quokka a través de la destrucción del hábitat (principalmente la tala), el cambio climático y el aumento de la frecuencia de los incendios.

Su reducida área de distribución es una gran amenaza para su supervivencia, ya que un acontecimiento importante podría llevar a la extinción de la especie.

Hechos rápidos

En la isla de Rottnest los quokkas son tan amistosos que se acercan regularmente a los huéspedes. Sin embargo, es ilegal que los huéspedes toquen a los quokkas. En ocasiones, la gente alimenta a los quokkas con comida humana, lo que les provoca desnutrición o deshidratación.

Algunos investigadores que estudian la distrofia muscular han utilizado a los quokkas en experimentos, ya que ellos también pueden sucumbir a esta enfermedad.

Los quokkas son los únicos miembros de su género, el steonix.

Cuando los exploradores europeos descubrieron al quokka por primera vez, creyeron que se trataba de una gran rata de pelaje marrón. La isla Rottnest incluso recibió su nombre por ello.

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